Este sí fue un golpe duro que lo obliga a ponerse prioridades

Martín Mendinueta

@firmamendinueta

En este tiempo difícil, donde los vaivenes resultadistas lo llevan de una vereda a la otra sin tantas explicaciones, Gimnasia se topó con una derrota que, sí o sí, lo llevará a pensar en la mejor estrategia competitiva para afrontar lo que resta del semestre.

A pesar de haber protagonizado un envión inicial muy seductor, donde fue superior y mereció ponerse en ventaja, el oportunismo de Belgrano, personificado en el goleador Pablo Vegetti, fue clave para entender el desarrollo de una noche complicada.

empezó muy bien, hizo el gasto y se fue al descanso frustrado

Gimnasia llegó al entretiempo sin poder entender cómo fue que el trámite del partido lo castigó con tanta dureza.

Después de haber tomado la iniciativa de un modo contundente y de haberse ilusionado con que el cabezazo de Agustín Bolívar podía convertirse en gol, el Lobo acusó el impacto y, si bien continuó buscando su alegría, el panorama se le complicó.

Belgrano tuvo un premio gigante en ese acierto de Pablo Vegetti al tomar el rebote dado por Durso. La coyuntura obligaba a Chirola a evaluar diferentes opciones para intentar el repunte que todos los hinchas estaban esperando.

Una sola jugada bien construida por el Pirata lo arrinconó feo poniéndolo ante el desafío de recuperarse en un partido de vital importancia.

El inicio del segundo tiempo profundizó los efectos de aquel gol. Belgrano salió a jugar sereno y Gimnasia, repleto de ansiedad.

el segundo de Vegetti abrió una brecha que fue decisiva

Cuando el Pirata amplió la diferencia, se instaló la sensación de que el dueño de casa no iba a poder torcer el rumbo de la noche.

Los ingresos de Lescano, Sosa y Mammini tardaron un lapso considerable en alimentar una esperanza salvadora. Recién en los diez minutos finales Gimnasia mereció el descuento porque todo le costaba mucho.

El final encontró al Lobo luchando con toda la voluntad que le quedaba y topándose con buenas intervenciones de Nahuel Losada. Mereció el descuento, aunque eso no le hubiera restado intensidad a su tristeza.