Lula armó un lío bárbaro: sugirió que Ucrania renuncie a Crimea
Edición Impresa | 8 de Abril de 2023 | 04:59

Ucrania afirmó que no renunciará a Crimea, península anexionada unilateralmente por Rusia en 2014, a cambio del final de la guerra. En una fuerte alusión a las palabras del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, quien había sugerido ese desistimiento como una suerte de gesto para aplacar la ofensiva de Putin, el portavoz de la diplomacia ucraniana, Oleg Nikolenko, escribió en Facebook que “no hay razón legal, política ni moral que justifique abandonar un solo centímetro de territorio ucraniano”.
El gobierno de Kiev aclaró que aprecia “los esfuerzos del presidente brasileño” para “encontrar una manera de detener la agresión rusa”, pero advirtió que “todo esfuerzo de mediación para restablecer la paz en Ucrania debe fundarse en el respeto a su soberanía e integridad territorial plena y entera, de acuerdo con los principios de la carta de Naciones Unidas”.
Días atrás, Lula no tuvo mejor idea que expresar que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, “no puede quererlo todo”, y sugerirle a Ucrania ceder la península de Crimea a Rusia para facilitar el fin de la guerra. “Putin no puede quedarse con el territorio de Ucrania. Tal vez se discuta Crimea. Pero lo que invadió de nuevo, tiene que repensarlo”, tiró el líder verdeamarelo durante un encuentro con periodistas en el palacio presidencial del Planalto, en Brasilia.
Lula también había formulado a fines de enero una propuesta de mediación en el conflicto de Ucrania por parte de un grupo de países, y prevé presentar ese proyecto a su homólogo chino, Xi Jinping, en Pekín, la semana próxima. El jefe del Ejecutivo brasileño dijo confiar en las posibilidades de éxito de ese proyecto, y espera que el grupo de países pueda crearse a su regreso de China.
Rusia sentenció en varias ocasiones en los últimos tiempos que las conversaciones de paz son “imposibles en el contexto actual”, y aseguró que mantendrá su operación militar en Ucrania. El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, fue tan lejos como para insistir en que las conversaciones de paz sobre Ucrania deberán plantearse en base a un “nuevo orden mundial libre de la dominación de Estados Unidos”.
Lavrov, además, indicó ayer que su país podría suspender su participación en el acuerdo de exportación de grano ucraniano a través del mar Negro, si se sigue “obstaculizando” la venta de productos agrícolas rusos. Ucrania y Rusia producen en conjunto un tercio del trigo mundial, y sus exportaciones son claves para reducir la crisis alimentaria del mundo -también en productos como el maíz y aceite de girasol-, por lo que el bloqueo a las exportaciones por la guerra afectó la seguridad alimentaria de varios países en vías de desarrollo.
“Si no hay ningún avance en el levantamiento de los obstáculos a las exportaciones de fertilizantes y cereales rusos, entonces nos preguntaremos si aquél acuerdo era necesario”, amenazó el funcionario en Ankara tras una reunión con su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, aludiendo al convenio firmado en julio de 2022 entre la ONU, Ucrania, Rusia y Turquía, que habilitó a comercializar por el mar Negro esos cereales, y que desde entonces permitió vender más de 25 millones de toneladas de alimento.
Rusia se queja de que sus exportaciones de fertilizantes están bloqueadas, pese a un acuerdo que funciona en tándem con el de los granos ucranianos, para que ese producto no se vea afectado por las sanciones impuestas por los países occidentales desde el inicio de la guerra el 24 de febrero pasado.
Tras la reunión con Lavrov, el ministro turco Cavusoglu reconoció los obstáculos: “Estados Unidos y el Reino Unido tomaron medidas respecto de pagos y seguros, pero aún hay problemas. Algunos bancos no hicieron lo suficiente. Se tomaron medidas para reenviar amoniaco y fertilizantes rusos de los países occidentales hacia los países africanos, pero el problema no está resuelto”.
“Putin no puede quedarse con toda Ucrania. Tal vez se discuta Crimea”, sugirió Lula
Lavrov denunció la “desigualdad” del destino de las exportaciones ucranianas entre países ricos y pobres. Según el Centro de Coordinación Conjunto, que se encarga de monitorear el acuerdo, el 56% de las exportaciones iba destinado a los países en desarrollo y el 5,7% a los países menos avanzados, que cuentan con más del 12% de la población mundial.
A mediados de noviembre, y pese a una decisión previa del Kremlin de irse temporalmente del acuerdo, el acuerdo fue prolongado por 120 días y luego fue renovado nuevamente el 18 de marzo pasado. Pero el plazo de esta extensión también es objeto de disputas: Moscú aduce que se pactó por dos meses días y no cuatro, como asegura Ucrania.
Las tensiones se dan en un marco en que el rublo, la moneda rusa, cayó ayer a los niveles de hace un año en relación con la cotización bursátil del dólar y el euro.
En la bolsa de Moscú, la divisa nacional se cotizó al mediodía del jueves a 88,09 rublos por euro, superando por primera vez ese listón desde el 14 de abril del pasado año. Además, en el parqué moscovita se pagaba a la misma hora 80,76 rublos por cada dólar estadounidense.
El dólar no superaba los 80 rublos también desde hace un año, cuando comenzó la intervención militar rusa en Ucrania. Según los expertos, uno de los motivos de la devaluación de la moneda rusa es el aumento de las importaciones, sumado a la reducción de las exportaciones desde principios de año.
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