Un joven economista mantiene el poder de los colorados en Paraguay

Santiago Peña, de 44 años, ganó las presidenciales con el 42,74 % de los votos y sucederá a Mario Abdo desde el 15 de agosto

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Sonriente y amable, el economista de centroderecha Santiago Peña, electo el domingo por amplio margen como presidente de Paraguay, logró retener el poder para el Partido Colorado, pese a sus fuertes divisiones, en medio de acusaciones de corrupción contra sus principales líderes.

Peña, que se impuso por 42,74 por ciento de los votos, sucederá a partir del 15 de agosto por un período de cinco años al presidente saliente Mario Abdo Benítez. En segundo lugar con el 27,52 por ciento de los sufragios se ubicó el abogado Efrain Alegre, de la Concertación Nacional opositora.

A sus 44 años, ésta fue la primera vez que Peña participó en una elección nacional. Su única experiencia anterior había sido cuando en 2017 perdió la postulación presidencial en las primarias coloradas frente al actual mandatario Mario Abdo.

Alto y de porte atlético, Peña es considerado como un tecnócrata con una brillante carrera académica, pero poca experiencia política.

Su ingreso a la política llegó de la mano del exmandatario Horacio Cartes (2013-18), actualmente sancionado por EE UU como “significativamente corrupto”, quien lo afilió al Partido Colorado y lo tuvo como ministro de Economía.

Para atacarlo, sus adversarios le llaman “el secretario de Cartes”. Pero él parece no sentirse afectado. En la sala de su elegante casa de Asunción se exhiben sus fotos abrazado con su esposa Leticia Ocampos, con quien se casó cuando eran adolescentes luego de que ella quedara embarazada. Además de ese hijo, hoy de 26 años, la pareja tiene una hija de 17.

“Fui padre a los 17 años. Fue un momento duro en la vida. No fue planificado, pero me llevó a construir sobre principios muy sólidos del compromiso, de la responsabilidad, de la honestidad, de la integridad, del saber que hay gente que depende de uno. Y sin darme cuenta, con 17 años empecé a desarrollar una vocación de servicio”, aseguró.

Peña recordó que las familias de ambos los ayudaron y que su padre lo impulsó a seguir estudiando. Reconoce también el apoyo de su madre y de sus dos hermanos mayores. Así, pudo ir a la Universidad de Columbia en Nueva York y trabajó durante un tiempo para el FMI. También formó parte del directorio del Banco Central de Paraguay.

Rechaza la legalización del aborto porque le parece “lo más fácil, un atajo”. Y se declara decidido a defender la familia “en su composición tradicional: mamá, papá e hijos”.

Peña ce comprometió a preservar las relaciones diplomáticas con Taiwán, pese a los cuestionamientos de sectores productivos que piden abrir las exportaciones a China. Aunque durante la campaña no presentó un programa de gobierno, una de sus principales promesas fue la creación de 500.000 empleos. Y en un país que sufrió una de las dictaduras más largas de América Latina, la de Alfredo Stroessner (1954-89), ha sido criticado por declarar que éste aportó “estabilidad” al país.

 

 

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