Cristina intenta transformarse en “la gran electora” de una alianza gobernante que “exuda” debilidad

En medio de una economía que cruje y de las internas cruzadas, la expresidenta busca acumular capital político para tallar en la definición de las listas del Frente de Todos. El radicalismo y el PRO buscan posicionar a sus candidatos pero persisten las diferencias en las propuestas de las reformas pendientes

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Por EMILIANO RUSSO

efrusso@eldia.com

La confesión de Cristina Kirchner, de que en una elección “de tercios” como la venidera la máxima pretensión del oficialismo sería ingresar al balotaje, expone la debilidad manifiesta con la que llega a los comicios nacionales: sin una estrategia definida -hoy no “hay consenso” para ungir a un candidato presidencial “de unidad”- y con actores como los gobernadores, los líderes de los movimientos sociales y de la CGT que piensan más en cómo posicionarse en 2024 que en darle competitividad al Frente de Todos. Este virtual desbande no sólo guarda relación con la persistente crisis económica sino con la falta de un proyecto común que articule a la “familia disfuncional” con la que se asimila a esta versión del peronismo en el poder.

Es que el liderazgo de la Vicepresidenta no logra conmover a todos los sectores de la coalición oficialista. El fallido operativo clamor para que vuelva a competir en 2023 fue protagonizado por dirigentes del kirchnerismo duro que, en la presentación del acto del jueves 25 en Plaza de Mayo, reprocharon la falta de respaldo a esta iniciativa de la mesa chica de la central obrera y de los máximos exponentes del Partido Justicialista, en una velada crítica a Alberto Fernández. El jefe de Estado se sumó a último momento a la convocatoria para no quedar afuera de una masiva concentración en la que la exmandataria, de espaldas a la Casa Rosada, seguramente hará mención al incumplimiento de la plataforma electoral de 2019 y, como siempre, validará las conquistas de la denominada “Década Ganada”.

Es por eso que en el oficialismo no hay mayor expectativa del contenido del discurso de la Vice del próximo jueves, en el que intentará exponer un gesto de fortaleza hacia dentro del FdT o, como dice con resignación más de un dirigente justicialista, “cargar la tinta de la lapicera” para liderar el armado de listas del próximo 24 de junio. Y como forma de mostrar musculatura política hacia la interna, en su entorno prometen repetir esas movilizaciones hasta bien entrada la campaña.

FRUSTRACIÓN

En el Congreso del PJ del martes pasado hubo un último intento de los colaboradores del Presidente por intentar tallar en esta definición. Pero todo terminó en frustración: con la súbita ausencia del jefe de Estado y una discusión subida de tono entre el canciller Santiago Cafiero y el camporista Andrés “Cuervo” Larroque. Es que la firma de las listas nacionales quedó en manos del gobernador formoseño Gildo Insfrán, hoy más cercano del Instituto Patria que a Balcarce 50.

Empero, no está saldado el debate para dirimir de qué forma el FdT competirá a nivel presidencial el 13 de agosto. La Vice pareció evidenciar su favoritismo por Sergio Massa y Wado de Pedro a contramano del sector de La Cámpora que busca que Axel Kicillof sea promovido a la pelea nacional.

Sergio Massa intenta descargar culpas en el “albertista” Miguel Pesce, presidente del Banco Central, por el desborde inflacionario y, al mismo tiempo, presionar para que haya un “candidato único” en lo más alto de la boleta que evite innecesarios ruidos en la economía. Detrás de esa convicción estaría su aparente entendimiento con la Vice para que sea ungido como presidenciable. Pero hoy no hay acuerdo. ¿Cómo proponer por aclamación a un candidato que en su rol actual no logra domar una inflación mensual de casi dos dígitos?

De Pedro, en tanto, aceleró su campaña y exposición, con una inusitada inversión en posicionamiento en redes sociales, pero a contramano de su jefa política parece optar para que haya primarias. Su candidatura tampoco conmueve a gobernadores e intendentes que se resisten a rendir pleitesía a la Vice y recuerdan su “traición” al Presidente cuando encabezó la ola de renuncias de funcionarios K tras la derrota electoral en las PASO de 2021.

Mientras, Daniel Scioli no se resigna a competir por la primera magistratura y sigue buscando apoyos entre el “albertismo residual” y algunos dirigentes de la CGT que se resisten a acompañar al líder del Frente Renovador. La central obrera viene cuestionando las propuestas “extremas” de Javier Milei, Patricia Bullrich y José Luis Espert para avanzar en una reforma laboral. Se cuidó de criticar a Horacio Rodríguez Larreta y a los radicales Gerardo Morales y Facundo Manes, con quienes mantiene vasos comunicantes y a los considera dirigentes dispuestos al “diálogo” tripartito.

ORDENAR LA OFERTA ELECTORAL

Luego del acuerdo refrendado a comienzos de semana entre Larreta y Bullrich para ordenar la oferta electoral del PRO en CABA y Provincia, los precandidatos presidenciales de la UCR decidieron mostrarse “unidos” en Córdoba como forma de exponer la fortaleza del centenario partido rumbo a la definición de las fórmulas presidenciales de Juntos por el Cambio.

En el marco del Encuentro Programático del radicalismo, el gobernador jujeño se ufanó de haber logrado “la foto que otros partidos no sé si pueden” en referencia a la irresuelta interna de PRO y volvió a destacar que el centenario partido “es la única fuerza política que tiene territorio, un comité y equipos de trabajo en cada una de las provincias argentinas”. Pero más allá de estas chicanas, lo que hoy genera interrogantes hacia el futuro son las diferentes miradas que tienen entre sí los economistas de JxC. Martín Rapetti, referente económico del neurocientífico que también dijo presente en la Universidad de Córdoba, admitió que tiene una mirada divergente a la del “promedio” de sus colegas del armado opositor.

 

Los “halcones del PRO” resisten la invitación de Schiaretti a realizar una gran PASO

 

La decisión de la precandidata presidencial del PRO de llevar como postulante a la gobernación a Néstor Grindetti expuso los hilos de su alianza con Mauricio Macri, quien conoce al intendente de Lanús desde los tiempos de la automotriz SOCMA. El expresidente sigue presionando para que su primo Jorge sea ungido como el postulante del “partido amarillo” en CABA. Larreta sigue sosteniendo la precandidatura de Fernán Quiros con el apoyo de Elisa Carrió, que ayer recibió al sanitarista en su “chacra” de Exaltación de la Cruz.

Los “halcones del PRO” también resisten la invitación del cordobés de Juan Schiaretti a realizar una gran PASO opositora que permita a un eventual ganador de las presidenciales contar con la suficiente espalda política para liderar los cambios que necesita Argentina para desandar un camino de desarrollo. Si la propuesta del gobernador cordobés genera empatía en el alcalde porteño y en sus socios de la alianza opositora. Pero se trata de una alquimia electoral que difícilmente pueda progresar cuando aún hoy no hay acuerdo sobre cómo se integrarán las fórmulas del PRO y la UCR con vistas a las primarias del 13 de agosto.

Cristina Kichner
Elecciones 2023

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