La trama detrás del horror por el doble femicidio en La Plata: todo lo que se sabe de la masacre
Edición Impresa | 29 de Junio de 2023 | 01:41

El asesinato de dos mujeres a manos de un policía en La Plata, provocó una gran conmoción, que trasvasó las fronteras de nuestra ciudad. El hecho, como este diario publicó en su edición anterior, ocurrió anteanoche en la localidad de Arturo Seguí y casi de inmediato ocupó la centralidad de la información a nivel nacional.
Nazareno Sebastián Miño, de 37 años, un agente de la División Control de Gestión Operativa del Ministerio de Seguridad bonaerense, quedó detenido bajo sospecha cierta de ser el autor de los crímenes de su ex pareja, Victoria Díaz (35), con quien tenía dos hijos y de la ex cuñada, Castorina Díaz (39).
En principio, la tenencia de los menores habría sido el foco de conflicto. O el medio para llegar a la masacre.
“Vamos a arreglar las cosas ahora, todo esto es por tu culpa, vos sabés todo el quilombo que armaste”. Así, de muy mala manera, el policía se metió en la casa de su ex, en la calle 411 entre 156 y 157. Eran las nueve de la noche. Y nadie lo había llamado. Apareció de la nada, uniformado.
Los por qué de ese comentario son ahora motivo de investigación judicial. ¿A qué se refirió Miño? ¿A una denuncia en su contra por violencia de género, que habría perjudicado su carrera policial? ¿A la imposibilidad de que viera a los hijos? ¿A una idea de irse a vivir a otro lado? ¿A que estuviera en otra relación?
Si bien fuentes de la fuerza indicaron que Miño tenía una denuncia de enero de 2020 y, de la que presuntamente tomó intervención Asuntos Internos, en tribunales lo pusieron en duda.
Es que el órgano de control interno, aclararon, cuenta con un protocolo muy estricto para este tipo de casos y “siempre les retiran el arma a los efectivos denunciados”.
Tampoco hay expedientes iniciados en la Justicia Penal, por lo que solo quedaría el ámbito de familia y tampoco está muy en claro.
Todo porque del caño de la pistola reglamentaria de Miño, según entendió la fiscal Ana María Medina, que le requirió su detención, salieron las balas que provocaron los femicidios.
También un hombre de 33 años sufrió las consecuencias de ese bestial accionar y ahora pelea por su vida.
Se trata de Alcides Martín Lezcano (33), pareja de Castorina, quien recibió un impacto en la cabeza y tuvo que ser derivado al hospital San Roque de Gonnet.
En ese sentido, los informantes brindaron el último parte médico, que grafica la gravedad del cuadro: “Herida de arma de fuego con orificio de entrada en órbita derecha sin orificio de salida. Presenta hemorragia subaracnoidea supratentorial, hematoma subdural mínimo y fractura de primera vértebra cervical y fractura de macizo facial. Se halla hemodinámicamente inestable, en asistencia respiratoria mecánica y con hipertensión endocraneana”.
Desesperación por el doble femicidioSiguiendo con el relato de los hechos, a decir de voceros cercanos a la pesquisa, Victoria, al verlo fuera de sí, le suplicó a su ex que se calmara. Y su actual pareja, que se estaba duchando, salió de la vivienda sin que lo vieran para irse hacia la parte delantera del terreno, donde estaba Castorina.
En ese momento, Castorina salió despedida para el fondo y, si bien intentaron retenerla, no lo lograron.
“Sebastián abrime, qué está pasando ahí adentro”, gritó la mujer, según indicaron los informantes. Y agregaron que, apenas se abrió la puerta, se escucharon dos estruendos. Victoria ya había sido herida de muerte.
Para esto, la pareja de Castorina, maza en mano, corrió para el fondo. Y ahí, en base a las mismas fuentes, un tercer estampido retumbó por todas partes. La hermana de Victoria había corrido la misma y trágica suerte.
Segundos más tarde, el último disparo terminó de completar el horror.
Lezcano quedó tendido en medio de un charco de sangre.
A partir de ahí, fueron varios los que vieron a Miño salir de la finca con sus hijos a la rastra.
“Ustedes se van conmigo”, les espetó. Los chicos habían escuchado y presenciado la salvaje secuencia, aunque resultaron ilesos.
La entrega del agresorCelular en mano, dando cuenta de sus actos, Miño salió hablando con alguien. “Me mandé una macana”, explicó. Y al rato se entregó en el destacamento policial de esa localidad junto a los chicos.
Todo hace suponer que Miño estaba molesto por la nueva vida de su ex y el inicio de una acción por alimentos. “Voy a perder el trabajo”, le recriminó.
Con las constancias reunidas y, el pedido de detención formulado, el juez de garantías Pablo Raele, por ante la letrada Paula Gasco, convalidó el planteo fiscal y dejó preso a Miño como autor penalmente responsable por “homicidio triplemente agravado por el vínculo -expareja-, por tratarse de un hombre contra una mujer mediando un contexto de violencia de género y por el empleo de un arma de fuego; homicidio doblemente agravado por tratarse de un hombre contra una mujer mediando un contexto de violencia de género y por el empleo de un arma de fuego; y homicidio en grado de tentativa agravado por el empleo de un arma de fuego, todos ellos en concurso real”. Precisamente, por estos delitos hoy lo indagarán.
De la orden de detención, cabe destacar, surge que Victoria Díaz recibió al menos dos disparos, uno en la cabeza y otro en una pierna; Castorina Díaz uno en la cabeza y Alcides Martín Lescano, otro en la cabeza.
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