La Región bajo el asedio del delito y una serie de golpes sofisticados
Edición Impresa | 24 de Julio de 2023 | 02:52

La modalidad delictiva que en la jerga urbana se denomina “escruche” y que implica un robo en una vivienda durante la ausencia de sus moradores, es sin dudas uno de los fenómenos que más se repite en la Ciudad.
Cada jornada, un nuevo episodio de este tipo sale a la luz confirmando que se trata de una situación que, según la opinión de los vecinos en distintos foros virtuales, “parece no tener solución, al menos en el corto plazo”.
En las últimas horas tres nuevos casos se sumaron a la larga lista de eventos cometidos bajo esta característica.
En orden cronológico, el primer hecho tuvo lugar el pasado viernes en un inmueble ubicado en 65 entre 117 y 118.
Aprovechando que los propietarios se encontraban fuera de la Ciudad disfrutando de unas vacaciones, una banda de ladrones ingresó a la morada alrededor de las 3 de la madrugada y se fue una hora después. Mediante las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de la zona, se sabe que los hampones arribaron al lugar en un Renault Clio de color gris.
En tanto, por el inventario realizado por las víctimas, se sabe que se llevaron un botín compuesto por 500 mil pesos, alhajas de oro y una gran cantidad de instrumental odontológico entre los que se destacan insumos para cirugía y un gran número de implantes.
Los escruches han ido mutando. Ahora pueden cometerse en cualquier momento y lugar
En tanto, el pasado sábado una vivienda ubicada en 525 entre 172 y 173, resultó blanco de un golpe de al menos dos sujetos.
Según denunció la víctima, aprovechando que toda la familia se encontraba de paseo, los ladrones ingresaron por la ventana de la habitación de su hija y se apoderaron de una gran cantidad de objetos entre los que se destacan una TV de 32 pulgadas, una tablet, herramientas, una cámara fotográfica profesional y alrededor de 50 mil pesos.
Finalmente, en la zona de 88 entre 17 y 18, una vivienda fue desvalijada por completo en un lapso de al menos dos horas. Todo sucedió mientras la dueña de casa se ausentó para visitar a su pareja.
En ese lapso, una banda que se cree que actuó con un medio de transporte se llevó un lavarropas, una televisión de 55 pulgadas, indumentaria de la familia, mercadería del negocio de ropa que tiene la víctima, una garrafa de 10 kilos, un secarropas y hasta los juguetes del hijo de la damnificada.
Se trata de una modalidad que en el último tiempo ha experimentado una significativa mutación.
Hasta hace algunos años se daba por sentado que los escruches eran ejecutados de día, bajo el supuesto de que las víctimas se encontraban fuera de sus casas cumpliendo con sus obligaciones laborales y escolares.
Vecinos señalan que es una situación que “parece no tener solución, al menos en el corto plazo”
Durante una ventana de tiempo de por lo menos cuatro horas de ausencia, los delincuentes revisaban a sus anchas cada espacio de las casas, cargaban el botín y se retiraban del lugar. Era una condición, para dar estos golpes, contar con un lapso de tiempo más o menos prolongado.
De hecho un gran porcentaje de estos casos sucedía durante los recesos de verano cuando muchos platenses se trasladaban a la Costa a disfrutar del mar.
Otra de las principales características que tenía esta modalidad era que la mayoría de los hechos eran cometidos en casas ubicadas en la zona norte de la Región.
Pero, como se indicó, estas particularidades se han ido transformando al punto de que estos golpes pueden darse en cualquier momento y lugar.
Por citar un ejemplo, hace dos semanas un matrimonio de jubilados cuya casa se encuentra en el casco fundacional sufrió un millonario atraco en cuestión de minutos. Todo sucedió en el momento quizás menos pensado, mientras almorzaban en un restaurante del centro.
A este hecho se suma el caso de la vecina cuya vivienda fue desvalijada en un lapso de 20 minutos, mientras baldeaba su patio.
Estos golpes se han ido tornando cada vez más efectivos. No sólo por el hecho de que los ladrones no encuentran resistencia a la hora de robar, sino también porque en el afán de obtener un 100% de efectividad, los ladrones emplean recursos que hasta hace algunos años no figuraban en el “manual del escruchante”.
Celulares, división de roles, tareas de vigilancia previa, destreza física, planificación. Todo vale a la hora de ejecutar un golpe delictivo.
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