Un viaje que ya es una “tradición” local
Edición Impresa | 9 de Julio de 2023 | 04:51

Estos chicos no son los primeros en vivir una experiencia de estas características sino que completan una ya tradición de aporte local a las “grandes ligas” de la ciencia. El año pasado fue la estudiante de ingeniería Aeroespacial, Avril Denegri, la elegida para representar al país en el programa de la NASA. Pero no es algo nuevo, ya desde la década del 90 estudiantes secundarios participaron de campamentos organizados por la agencia espacial norteamericana y vivieron experiencias que los marcaron por el resto de su vida.
En 1998 Glenda Comei, una joven de 16 años del barrio de la Loma, cursaba quinto año del colegio Inmaculada cuando fue seleccionada para participar del International Space Camp. Durante el seminario que se desarrolló en Huntsvile, localidad del Estado de Alabama, Comei dio sus primeros pasos dentro del mundo de la ciencia del que nunca más se separó. Estudió en la facultad de Exactas de la UNLP y luego se radicó en Francia en donde se doctoró en la Universidad de Niza, Sophia Antiopolis.
Otra de las jóvenes que tuvo la oportunidad de participar fue la Doctora en Astronomía Daniela Pérez que en 2001 cuando tenía 16 años viajó a Alabama para ser parte del Internacional Space Camp de la Nasa. “Fue una experiencia absolutamente maravillosa, era como una especie de Disney pero de la exploración espacial donde te convertías en un astronauta, te ofrecían entrenamiento, simuladores y pequeñas naves donde podías operar”, recordó.
“Desde que tengo uso de razón siempre me interesó el estudio del universo y desde muy chica sabia que quería estudiar astronomía, es una vocación que tuve definida desde muy pequeña”, aseguró la investigadora que actualmente se desempeña en el Instituto Argentino de Radioastronomía de Parque Pereyra. Fue por eso que unos amigos que se enteraron de la convocatoria de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) “me avisaron de este concurso pocas semanas antes de que cerrará y empece a hacer todo el procedimiento. Primero pase la preselección de diez personas y luego quede seleccionada, lo que para mi fue un sueño, algo inesperado e imposible de imaginar”, aseveró.
“Definitivamente influyó en el resto de mi vida, fue una experiencia determinante confirmó mi vocación científica de estudiar astronomía. De hecho hoy soy Doctora en Astronomía, soy investigadora del Conicet y estoy haciendo lo que soñé durante toda mi vida, investigar el estudio de los agujeros negros”, declaró.
Por este motivo le auguró a Ian y a Dana “una experiencia muy enriquecedora” y “si tuviese que darle un consejo sería que lo disfruten porque es algo que te marca para el resto de tu vida, si están en contacto con otros chicos es el momento de abrirse de aprender cosas nuevas de que puedan absorber la experiencia que se les esta ofreciendo. Que aprendan y que lo disfruten”.
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