El mal de la carne picada: crece una peligrosa enfermedad infantil
Edición Impresa | 21 de Agosto de 2023 | 02:32

Aunque venían en descenso desde 2014, los casos de Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) han vuelto a crecer en el país. En los dos últimos años la autoridades sanitarias vienen registrando un repunte en la tasa de afectados, que pasó de 0.30 por cada 100 mil habitantes a 0.34, lo que equivale a un incremento de 13,33%, según confirmó días atrás el Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud.
El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) es una enfermedad grave caracterizada por daño agudo de los riñones que afecta principalmente a niños y niñas menores de cinco años, pero también a embarazadas, adultos mayores y personas con su sistema inmunológico debilitado.
Si bien esta enfermedad se registra en gran parte del mundo, Argentina tiene una de las tasas de incidencia más altas de SUH, según registra la Organización Mundial de la Salud. De hecho, en nuestro país constituye la primera causa de insuficiencia renal aguda en lactantes y niñas y niños pequeños, y la segunda de enfermedad renal crónica, siendo de estafo forma la responsable de aproximadamente el 20% de los trasplantes
El Síndrome Urémico Hemolítico se transmite por ingestión de alimentos o aguas contaminadas, de persona a persona y por contacto con el medio ambiente, ya que la bacteria que la produce puede sobrevivir meses en el estiércol. Es por eso que conviene tener especial precaución con las visitas a granjas, frecuentes en edad preescolar y escolar.
Además de la materia fecal, la bacteria que produce esta enfermedad puede encontrarse en la carne, en frutas y verduras sin sanitizar, en la leche o lácteos sin pasteurizar e incluso en el agua, si no es potable.
Uno de los alimentos con los que hay que tener mayor precaución es la carne picada. ”Se trata de “uno de los productos de mayor riesgo. No hay que ofrecer alimentos hechos con ella a niños y niñas menores de 5 años,, ya que durante el picado, la bacteria pasa de la superficie de la carne a su interior donde es más difícil que alcance la temperatura necesaria para eliminarla durante la cocción”, explica desde el Colegio de Nutricionistas de la Provincia la licenciada Erika Skrypnik.
“Como nutricionistas debemos brindar a la población medidas para prevenir el Síndrome Urémico Hemolítico haciendo hincapié en las infancias y sus cuidadores, pero además entendiendo qué la prevención va más allá de la alimentación”, sostiene Skrypnik, para quien “es importante también contar con políticas públicas qué regulen y colaboren en evitar la contaminación del ganado, tambos, y proveer agua segura para disminuir el riesgo de transmisión”.
CÓMO PREVENIRLA
Si bien no hay tratamiento específico para esta enfermedad, sí se puede prevenir. Es por ello que frente al aumento de casos en el país, el Colegio de Nutricionistas difundió un documento con las principales recomendaciones a tomar en el hogar.
Entre ellas, enfatizan la importancia de “evitar que los alimentos pierdan la cadena de frío”, para lo cual convienen “adquirir los lácteos y carnes al final de la compra”; “guardar las carnes en los estantes inferiores de la heladera y evitar que sus jugos se derramen sobre otros alimentos”.
No menos importante, señalan, es “separar los alimentos crudos y cocidos en recipientes diferentes, evitar descongelar las carnes bajo el chorro de agua caliente o en la mesada (conviene hacerlo dentro de la heladera), y “utilizar tablas y cuchillos diferentes para alimentos crudos y cocidos” a fin de evitar su contaminación.
Desde el Colegio de Nutricionistas recomiendan además “lavar adecuadamente frutas y verduras (si no hay agua potable colocar dos gotas de lavandina por litro de agua y dejar reposar 20 minutos) y “fomentar el lavado frecuente de las manos luego del cambio de pañales, uso de sanitarios y antes de preparar o ingerir alimentos”.
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