Sin descanso por el delito: en City Bell sigue la pesadilla de los robos millonarios

Tres delincuentes armados ingresaron en la vivienda de un penitenciario retirado. Lo despertaron junto al resto de su familia, para robarles 4.500 dólares, 50 mil pesos, celulares y joyas. Fue en 30 bis entre 455 y 456

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En una zona cercana al country del Club Estudiantes, en City Bell, otra familia platense vivió una pesadilla por la inseguridad. Y fue literalmente una pesadilla, porque las víctimas dormían cuando aparecieron tres delincuentes dentro de su casa.

El terrible episodio sucedió en la madrugada de ayer, sobre la calle 30 bis entre 455 y 456.

Según se supo de fuentes policiales, allí reside un retirado del Servicio Penitenciario bonaerense, de 55 años, quien fue una de las personas que sufrió la dramática experiencia.

Los mismos voceros indicaron que los ladrones usaban guantes y estaban encapuchados.

También que lanzaron fuertes amenazas verbales e, incluso, mediante el uso de al menos un arma de fuego.

Así, con la situación bajo su total dominio, en el reporte oficial se consignó que lograron apoderarse de un botín conformado por 4.200 dólares, 50 mil pesos, tres teléfonos celulares y alhajas de oro, entre otros elementos de valor.

No hubo precisiones acerca de la forma en la que los autores del audaz golpe lograron vulnerar la seguridad de la propiedad, aunque se presume que debieron haber forzado alguna abertura.

Si se trató de un hecho planificado o, algo casual, al voleo, todo es materia de investigación por parte de la comisaría décima, que de inmediato se puso en contacto con los responsables de la UFI de Autores Ignorados Nº 9 de nuestra ciudad, para ponerlos al tanto de lo sucedido.

Por protocolo, se trabaja ahora en la búsqueda de imágenes en las cámaras de seguridad del barrio, con la expectativa de que aparezca algo de interés investigativo.

Un rostro o, la patente de algún rodado, podrían ser elementos que brinden algún impulso a la pesquisa.

Por los informantes, trascendió que no se desarrollaron tareas de levantamiento de rastros, ante la negativa de los propios damnificados a que se haga presente una comitiva de Policía Científica con esos fines.

En medio del drama que significó el ataque para los ocupantes del inmueble, se indicó que hubo escenas de mucha tensión.

El caso, demás está decirlo, generó gran preocupación en todo el vecindario, que es conocedor de la situación de inseguridad que se registra en toda la localidad.

HORAS DE TERROR

Hace pocos horas, el ataque en la casa de un médico, a poco más de 20 cuadras del lugar, provocó gran conmoción, porque en medio del ataque hubo escenas de tortura.

El episodio ocurrió el miércoles por la noche cuando el pediatra, Pablo Bibiloni, regresaba a su vivienda de jugar al pádel.

Sobre lo que padeció, contó que “me obligaron a descender del auto, uno de ellos me dio un culatazo y me apoyó una pistola en la cabeza, haciéndome entrar en mi vivienda de esa manera”.

El médico confesó que, apenas vio a la banda, “pensé en hacer marcha atrás con el coche para tratar de escapar de la situación, pero no pude hacerlo por los nervios que sentí en ese momento”.

Los asaltantes, inicialmente, “me llevaron a la cocina”, aunque mientras arreciaban los reclamos para que entregara todo el dinero que tenía, “me ordenaron ir con ellos a la planta alta”.

Si bien indicó que ya la habían golpeado, a pura maldad y de manera sistemática “me dejaban subir cuatro ó cinco escalones y me empujaban para hacerme rodar hacia abajo, pegándome patadas a cada instante”.

Finalmente le permitieron llegar hasta el piso superior, donde continuaron martirizándolo y de manera aún más cruel: “Me ataron de pies y manos, me siguieron pegando bastante por todo el cuerpo. Aún tirado en el piso, me patearon la cara y la espalda, por ejemplo”.

 

La inseguridad se vive con mucha preocupación en todos los rincones de City Bell

 

Como si fuera poca la ferocidad demostrada por la banda, sus integrantes apelaron también a otros tormentos físicos y psicológicos: “Me pedían la llave del coche y se enfurecieron porque no había más plata de la que encontraron ahí, al igual que un bolso con ropa y las paletas de pádel. Además me sacaron relojes digitales, un televisor, una tablet, perfumes y dos camperas nuevas”, recordó.

Sin contemplaciones, entonces relató que “me ataron de pies y manos, uno de ellos me bajó el pantalón cuando un cómplice le pedía que me haga cortes en las piernas con un pico de albañil y otro pedía directamente que me mataran”.

El calvario incluyó que casi le fracturaran un brazo con un fierro, que usaron de palanca, para empezar a saltar arriba.

Finalmente, este asalto feroz significó la caída de buena parte de la banda, ya que la Policía llegó a la escena por un llamado al 911 y logró capturar a cinco de los ladrones, dos de ellos de nacionalidad chilena.

El grupo, denominado “Pimiento”, en alusión al ají del país trasandino, era buscado por diferentes delitos, incluso un homicidio en Guernica.

Al parecer, varios de sus integrantes fueron atrapados en un enfrentamiento con la Policía de la Ciudad en La Paternal, donde cayó muerto un sospechoso, y los dos últimos en un allanamiento en CABA, en el marco del expediente por la entradera a Bibiloni.

INDAGATORIAS

En principio, el fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta tendría previsto tomarle indagatoria a los acusados detenidos en la jornada de mañana, ya que aún se trabaja en la recopilación probatoria para resolver la imputación y la autoría responsable.

En principio, a todos se le endilgarían cargos por el delito de “asociación ilícita” y en el requerimiento no quedarían al margen los capturados en otros departamentos judiciales, a quienes, eventualmente, debería citar para su comparendo en esta causa.

También, como fiscal de Presidente Perón, Condomí Alcorta tiene que definir qué miembros de la banda participó del trágico ataque, que terminó con la muerte del profesor de Educación Física, Nelson Peralta (56).

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