El príncipe de Mónaco, acusado de corrupción

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Antes cercano al príncipe Alberto II de Mónaco, el antiguo administrador de los bienes de la Corona, Claude Palmero, reclama ahora un millón de euros al Palacio en un nuevo episodio de un escándalo que agita el minúsculo pero riquísimo principado.

Aparecidos en una web anónima en octubre de 2021, los “Dossiers du Rocher” (Documentos del Peñasco, en francés) divulgaron intercambios de mails entre cuatro personas antes cercanas al príncipe y las acusaron de colusión (pacto ilícito para dañar a un tercero).

El escándalo costó el puesto al jefe del gabinete de Alberto II, Laurent Anselmi, y sobre todo a Claude Palmero, destituido sin contemplaciones por parte del soberano el 6 de junio.

Este experto contable es un personaje clave dado que administraba los bienes de la Corona desde 2001, en tiempos de Rainiero III, célebremente casado con la actriz Grace Kelly.

También desempeñó misiones estratégicas para el Estado monegasco, como la compra de una participación en el aeropureto de Niza o adquisiciones de terrenos inmobiliarios, y conoce informaciones sensibles.

En un recurso contra su cese, presentado el 13 de julio ante el Tribunal Supremo (la corte constitucional local) y consultado por periodistas sobre el asunto, Palmero no se anduvo con rodeos. “Nunca se ha presentado ningún motivo para esta decisión de otra época, que viola manifiestamente el principio de legalidad”, aseguró.

“El príncipe Alberto II, a lo largo de su reinado, se ha congratulado ante sus súbditos y el mundo entero de que Mónaco es un Estado de derecho. Por desgracia, hay circunstancias en las que este principio se olvida para privilegiar la violencia arbitraria”, agregó el exadministrador de bienes.

Palmero solicitó la condena del príncipe para reparar “su inmenso perjuicio moral, su perjuicio corporal y los problemas en las condiciones de existencia que padece” y reclamó la suma de un millón de euros (1,10 millones de dólares) y la reincorporación a su puesto.

“Es una decisión sobre la organización de la Casa Principesca que es discrecional, como en muchas otras monarquías”, replicó Jean-Michel Darrois, el nuevo abogado del soberano monegasco.

 

 

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