Ganó por una diferencia ideal, le “sacó el jugo a Carrillo” y desató gran fiesta copera

Mató en el segundo tiempo y viajará a Brasil sabiendo que tiene muchas posibilidades de pasar a cuartos de final. Rollheiser fue figura otra vez

Edición Impresa

Por MARTIN MENDINUETA

@firmamendinueta

Estudiantes les obsequió a sus hinchas una noche copera sencillamente fantástica.

El curso de las emociones fuertes parecieron guionadas. Todo se fue dando como para que la valoración final alcanzará un pico muy elevado de emoción y orgullo.

El resultado final tiene que ver con la brutal diferencia que hubo en el complemento, pero el capítulo inicial fue diferente. En ese lapso la lucha resultó pareja y así como la figura del espectáculo (Benjamín Rollheiser, una vez más y van...) estrelló un hermoso remate de zurda en el palo izquierdo de Tadeu, Mariano Andújar tapó, con el taco de su botín derecho, un mano a manocrucial. Esa intervención magistral valió mucho y se terminó transformando en el prólogo de un segundo capítulo arrollador, seductor por donde se lo analice.

Estudiantes pasó por arriba a Goiás. Le marcó tres goles y pudieron ser más. Por eso, por el gran partido de Santiago Núñez, por el decisivo ingreso de Guido Carrillo, por el despliegue siempre útil del Rusito Ascacibar, por el patrullaje que suma oficio de Zuqui, por el centro del primer gol que sacó Benedetti, y por la felicidad de padres e hijos que viven cada jornada copera como un acontecimiento imperdible, hubo fiesta grande en UNO.

FLOJO PRIMER TIEMPO ALBIRROJO Y PIERNA FUERTE DE LOS BRASILEÑOS

Caliente y con más discusiones que elaboraciones precisas, Pinchas y brasileños se “sacaron la ficha” poniendo pierna fuerte. Estudiantes quería sacar provecho de la localía y el huésped se plantó con decisión, haciéndole complicada la tarea.

Nada de lo observado en esa primera mitad hacía pensar que después se marcaría una diferencia abrumadora.

Eduardo Domínguez sufrió un montón ese capítulo. Nunca estuvo conforme. Jamás pudo distenderse. No paró de hablar con Zuqui. El Barba, más que cualquiera, sabía que su equipo no estaba lúcido para elaborar ataques punzantes y, por eso, tomó decisiones.

Esa faceta del entrenador, la que lo describe como un hombre atento a los vaivenes del partido y seguro de sus diagnósticos para modificar lo que haga falta, lo acerca cada vez más al corazón del pueblo Pincha.

Haber cambiado a Franco Zapiola por Guido Carrillo fue, en lenguaje metafórico, “el primer gol albirrojo”.

 

Rápido de reflejos, Domínguez cambió temprano a Zapiola por Carrillo. Debía atacar más y mejor

 

Todo lo que hizo con Guido Carrillo era exactamente lo que le susurraba al oído el sentido común. Lo puso temprano, “sacó provecho de su jugo goleador” y lo regresó al banco de suplentes para cuidarlo pensando en la revancha del miércoles próximo.

Es sencillo advertir que al director técnico de Estudiantes el partido no le pasa por delante de sus ojos en vano. Actúa en tiempo y forma de acuerdo al diagnóstico que elabora en el fragor de las acciones.

El cambio de Matías Godoy por Luciano Lollo actuó como otro reflejo positivo. Esa modificación fue la que destrozó por completo a los hombres de verde. Hizo todavía más ancho el campo de juego y quedaron al desnudo las limitaciones que había sabido disimular en el parejo primer tiempo.

 

Rollheiser ya es un hombre esencial, y se lo nota feliz con los conceptos que le dedica el técnico

 

SE OBSERVÓ, NÍTIDO, EL MEJOR PARTIDO DE SANTIAGO NÚÑEZ

Entre los puntos altos estuvo, sin dudas, el rendimiento del joven Santiago Núñez. Siempre serio, disciplinado, obediente y cada día más rendidor, el zaguero oriundo de Roque Pérez anoche cosechó aplausos merecidos.

Su primer cruce (en el primer tiempo, levemente recostado sobre la derecha) fue un alivio momentáneo para la jugada y el claro mensaje a la multitud de que estaba listo para “comerse” al rival que le pusieran adelante. Su mejor partido en primera coincidió con un carnaval de algarabía fundamentada.

EL PLANTEL QUEDÓ CORTO, PERO UNIDO EN LAS GANAS DE TRIUNFAR

Cuando nadie sabe los matices que ofrecerá el mercado de pases que ya comenzó, está claro que el plantel de Estudiantes ha quedado un poco corto, especialmente por los problemas físicos de algunos de sus hombres más experimentados.

Mientras tanto, afronta lo que le va marcando su nutrida agenda con lo que tiene a mano. El peso de la responsabilidad por ser siempre competitivo viene recayendo en catorce o quince jugadores. Y eso los ha unido en la voluntad de ganar seguido.

Al Estudiantes que dirige Domínguez no le sobran variantes. Está justito. Sin embargo, va para adelante sin permitirse dudar.

 

Estudiantes

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE