Insfrán y el desafío de que un arquero formado en el Lobo pueda hacerse dueño del arco
Edición Impresa | 22 de Enero de 2024 | 03:59

La aparición de Hernán Cristante y Leo Noce en primera división, con continuidad tras el regreso de Julio César Falcioni a Vélez Sarsfield, abrió una era de arqueros propios en los ‘90 que Gimnasia no pudo repetir en los últimos años, salvo con la titularidad de Fernando Monetti entre 2010 y 2014.
Desde mediados de los ‘70, ningún arquero nacido de la cantera pudo afianzarse como titular, con la excepción de Carlos Castagneto, titular en el ascenso de 1984 tras ganarle el puesto a Carlos Ismael López en la segunda parte del año.
Con el equipo en la vieja A Castagneto perdió protagonismo, Gustavo Piñero -otro nacido en el club- casi no tuvo chances y así fueron llegando Claudio Argüeso (de Chacarita), los uruguayos Gustavo Fernández y José Luis Sosa, además de la gran solución al problema, Gustavo Moriconi, quien llegó desde Independiente en busca de continuidad. Y vaya si la encontró. Tan bueno fue su nivel que el uruguayo Robert Siboldi (de gran campaña luego en México) no llegó a debutar oficialmente.
La partida de Moriconi al fútbol mexicano provocó la necesidad de un reemplazo experimentado. Entonces llegó Carlos Héctor Bertero, formado en Estudiantes, quien solo estuvo una temporada. En ese tiempo debutó en primera Enzo Leonardo Noce, pero fue Julio César Falcioni, con una gran campaña en América de Cali, quien se hizo cargo de los tres palos.
Cuando Falcioni decidió retirarse en Vélez, todo Gimnasia apostó por los arqueros del semillero. Nani Cristante y Leo Noce compitieron toda la vida, porque eran categoría ‘69 y así sucedería hasta 1993 cuando Cristante se fue a México (donde construyó una carrera sensacional), en plena disputa del torneo Centenario. Un título con 4 arqueros en 6 partidos y todos del club, porque detrás de ellos estaban Jorge Gregorutti y Lolo Lavallén, el categoría 73 que terminaría dando la vuelta olímpica en una final soñada con un penal atajado incluido.
Noce se convirtió en el arquero con más partidos en la historia del club y apareció otro producto de las juveniles, el neuquino Guillermo Hernando. Con apenas un partido en primera también se anotó Juan José Romero, luego (al igual que Piñero) un exitoso entrenador de arqueros.
El quiebre se dio con Carlos Ramacciotti, quien impulsó la incorporación de su golero en Belgrano, Juan Carlos Olave, quien al principio compartió plantel con Noce y Hernando. Para cuidarle las espaldas al cordobés llegó Rodrigo Burella. La venta de Olave tras sus muy buenos rendimientos hizo lugar al regreso de Noce y la llegada de Nereo Fernández, pero en 2005 Gimnasia buscó fuera del país y así llegó el paraguayo Aldo Bobadilla.
En la temporada 2005/2006 atajó una leyenda del puesto, Carlos Fernando Navarro Montoya. Ya en la última etapa de su carrera, mostró un nivel excepcional en la gran temporada del equipo de Pedro Troglio. Para la competencia internacional de la temporada siguiente retornó desde River Juan Carlos Olave, sin el éxito de su primera etapa.
Ni Carlos Kletnicki ni Pablo Bangardino (casi no jugó) pudieron hacer pie, aunque la apuesta del Lobo fue por el oriundo de Azul que no logró sostenerse en el puesto. Juan Cupertino, quien firmó contrato profesional, no llegó a debutar. Otro arquero llegó desde afuera, Sebastián Cejas, con pasado en Newell’s. Tampoco funcionó. Para afrontar la durísima temporada 2008/2009 llegó un hincha del club pero formado en City Bell: Gastón Sessa. Recién en 2010 perdería el puesto ante Fernando Monetti, quien jugaría más de 159 encuentros hasta su venta a Lanús en diciembre de 2014.
Nicolás Navarro (tuvo buen nivel) y desplazó a otro nacido en Gimnasia, el entrerriano Yair Bonnín, quien no logró quedarse con el arco. Luego, fue el turno de Enrique Bologna, quien no funcionó a pesar de su buen pasado en Banfield. Por eso Alexis Martín Arias se quedó con el puesto y su rendimiento fue de mayor a menor. Antes de su salida en el verano de 2020, Nelson Insfrán apareció con Diego Maradona como entrenador. Ya habían pasado otros foráneos, como Manuel García (nunca jugó) y Sebastián Moyano.
Luego llegaría Rodrigo Rey, de gran y fresco recuerdo. Y la apuesta por Tomás Durso, que no funcionó, más allá de los 45 partidos disputados durante 2023. Ahora, más allá de la incorporación de Marcos Ledesma y Julián Kadijevic, el formoseño Nelson Insfrán tendrá por delante el desafío de afirmarse en una posición que ha sido esquiva para los futbolistas formados en El Bosquecito y Estancia Chica.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE