Dolor en La Plata por el fallecimiento de Lido Iacopetti, reconocido artista plástico y ex profesor del Colegio Nacional
| 13 de Octubre de 2024 | 13:14

Este domingo, se conoció la noticia del fallecimiento a sus 88 años de Lido Iacopetti, un gran artista plástico que nació en San Nicolás de los Arroyos, pero vivió más de 60 años en la Ciudad de La Plata, donde fue docente en el Colegio Nacional, donde era muy querido por sus alumnos y autoridades.
En nuestra Ciudad, Iacopetti conoció a su mujer, Teldy; aquí tuvo a sus hijos, Flavio y Valerio; Luego, llegó Valentina, para convertirlo en abuelo. Aquí se convirtió en lo que siempre quiso ser: un pintor popular.
Nacido en 1936, Lido estudió en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata con maestros como Héctor Cartier, Martínez Solimán y Ángel Osvaldo Nessi. En 1966 se graduó en el profesorado de Historia de las Artes Plásticas, ejerciendo la docencia y la actividad plástica desde comienzos de la década del setenta. A principios de los 70. Iacopetti exponía sus obras en comercios, escuelas, bares o cualquier espacio de la vía pública porque su objetivo era que su obra llegara al ciudadano común y que no quedase encerrada en un público selecto.
"Tenía ocho años cuando empecé a escribir poesías y novelas que concebía cuando me iba a dormir y al otro volcaba en el papel. A los 13 comencé a aprender dibujo y pintura para ilustrar esas novelas y poesías. Pero me enganché y a los 15 decidí ser pintor", comentó Lido en una entrevista brindada para EL DIA.
A su vez, en esta faceta de pintor, resaltaba: "Tuve como una iluminación que me dictaba en mi conciencia de querer ser pintor, y seguí mi vocación: ese amor por el arte al que hace más de 70 años le soy fiel. Nunca abandoné esos sueños y por eso cuando leí “Demian”, de Hermann Hesse, comprobé por qué su caída: porque dudó. Yo nunca dudé, seguí mi camino. No hay un atrás ni un adelante. Hay un recorrido".
Lido fue un gran profesor y una persona muy valorada en el ámbito educativo. En relación a ello, contó una divertida anécdota que jamás iba a olvidar: "Fue, incluso, difundido en la película “La sociedad de los poetas muertos” (1989), donde Robin Williams, el protagonista, se sube a un pupitre para dar clases. Un ex alumno me encontró en la calle y me dijo “Lido, eso lo hiciste vos antes”. Entonces recordé que en una clase, en la que enseñaba los distintos tipos de tomas que se usan en las películas, me subí a un pupitre para marcar la línea de horizonte y trabajar desde arriba para hacer la perspectiva del sapo. Lo hacía con mucho cariño".
Por último, entre tantas frases que lanzó en una entrevista muy emotiva, se le consultó como le gustaría ser recordado, a lo que él contestó: "Si alguien se acuerda de mí me gustaría que me recordara como una buena persona y por mi vocación por extender este mensaje de amor, paz, libertad y vida. Siempre obré bien, algunas veces me he salido de mis cabales por alguna circunstancia pero siempre fue pasajeramente. No guardo rencor ni tengo instinto vengativo: soy solitario y de pocas intimidades. Me gusta seleccionar a mis amigos y coincidir en su elección pero no me doy fácilmente en ese terreno porque considero la amistad como una comunión espiritual, donde coinciden formas de pensar y de vivir. Y eso es algo en lo cual no siempre se coincide".
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