Los agresivos grafitis y pintadas de los hinchas de fútbol
Edición Impresa | 16 de Octubre de 2024 | 03:51

Un fenómeno que empezó como una costumbre platense casi folklórica, si bien cuestionable porque embadurnaba los frentes con leyendas a favor de Estudiantes o de Gimnasia –los dos clubes que definen el clásico de la Ciudad- vino a dar ahora en una suerte de batalla por los espacios por parte de fanáticos que no ahorran lugar para dejar sus leyendas o dibujos, ni contenidos insultantes para el adversario deportivo.
El informe publicado ayer en este diario, anticipado por otros realizados en años anteriores, marcó que se está ante una literal “batalla”, que se traduce no sólo en el pintarrajeado de frentes, sino de cordones, postes y árboles. En este último caso, ambientalistas del Foro de Amigos del Árbol plantearon su preocupación “por la masiva pintada de árboles en el barrio Norte por parte de hinchas del club Gimnasia y Esgrima”.
Haciéndose eco del reclamo de vecinos, los ambientalistas aludieron al daño que pueden sufrir los ejemplares por las capas de pintura que cubren los troncos. Estos luego absorberán esa pintura por la corteza y la enviarán a las raíces, acortándose así la vida útil de los árboles.
Desde luego que en el mapa platense, que incluye a localidades de la periferia, no faltan leyendas ni árboles o postes metálicos o de hormigón pintados con los colores de Estudiantes, de modo que son partidarios de ambos clubes los que aquí y allá van dañando propiedades privadas y bienes públicos.
En la calle 39, desde 14 a 19, todo es rojo y blanco: postes de luz, gabinetes de energía eléctrica, columna de alumbrado público, varias fachadas de las viviendas, cordones. De 7 a 13 la misma calle 39 cambia de color y es azul y blanca. Y así ocurre en toda la zona.
Una vez más y en un tema tan sensible como es este, deben extrañarse acciones educativas por parte de distintos organismos del Estado, entre ellos por las escuelas, que debieran impartir a edades tempranas a los alumnos conceptos sobre los niveles de convivencia social que deben ser respetados.
Tal como se dijo en el informe publicado, hace años hubo momentos en los que intervinieron autoridades de los clubes y funcionarios municipales para acordar medidas que permitieran evitarle a la Ciudad estos daños. Esos acuerdos se los llevó el viento y todo está como fue antes, pero peor.
La agresiva oleada de pintadas y grafitis futbolísticos que padece La Plata reclama, por lo pronto, una reacción de las autoridades, que debieran frenarla. Lo cierto es que son muchas las leyendas con amenazas que nada tienen que ver con el deporte. Y que obligan a miles de frentistas a afrontar enormes costos para borrarlas.
Está claro que la violencia en el fútbol debe ser extirpada de raíz y que, de una vez por toda. Se sabe que, inclusive, han existido refriegas nocturnas entre los “pintores” de ambos clubes.
Lo que corresponde es evitar el accionar delictivo de los barras, tanto en los estadios como en los demás lugares en donde suelen prestar, como se sabe, “servicios especiales” y en donde cuentan con inexplicables respaldos de personas que se dicen influyentes. Si no se les hace frente a males que parecen menores, prontamente se agigantan.
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