Victoria’s Secret Fashion: show A tope de gama
Edición Impresa | 20 de Octubre de 2024 | 06:28

El Victoria’s Secret Fashion Show volvió tras seis años de ausencia, en un intento por renovar la imagen de la marca, largamente criticada por su falta de inclusión y representación diversa. El desfile, que tuvo lugar en el Brooklyn Navy Yard, fue un espectáculo que no solo trajo de regreso a grandes figuras como Gigi y Bella Hadid, sino también a leyendas de los 90 como Kate Moss, quien desfiló junto a su hija Lila Grace Moss. Este cruce de generaciones de modelos demostró una intención de conectar con diferentes públicos y subrayó la idea de que la moda no tiene edad.
Uno de los cambios más significativos de esta edición fue la inclusión de modelos curvy, una novedad para la marca que hasta ahora había sido conocida por promover un tipo de cuerpo muy específico. Paloma Elsesser y Ashley Graham fueron dos de las figuras que brillaron en la pasarela, desafiando los estereotipos de belleza que habían predominado en desfiles anteriores. Graham, en particular, expresó su orgullo por representar a mujeres de todas las formas y tamaños, y su participación fue recibida como un avance hacia una mayor diversidad en la industria de la moda.
El regreso de figuras icónicas de los años 90 como Alessandra Ambrosio, Doutzen Kroes y Behati Prinsloo aportó un aire de nostalgia al desfile, reafirmando la conexión entre diferentes épocas de la moda. Sin embargo, más allá de la nostalgia, la aparición de Kate Moss, desfilando a los 50 años, envió un mensaje claro sobre la longevidad en la industria y la posibilidad de romper con las barreras de edad en el mundo de las modelos. Esto, combinado con la presencia de modelos de cuerpos más diversos, hizo que el evento se sintiera como un intento de la marca por adaptarse a los tiempos actuales.
Además de la moda, el espectáculo incluyó un impresionante despliegue musical. La estrella del K-pop, Lisa, abrió el show con su actuación de “Rockstar”, mientras la icónica Cher, quien, con su carisma inigualable, deslumbró en el punto álgido de la noche. Esta combinación de música y moda convirtió el evento en un festival de entretenimiento que capturó la atención de la audiencia más allá de la pasarela.
A pesar de este esfuerzo por reinventarse, el verdadero desafío para Victoria’s Secret será mantener esta narrativa de diversidad y pluralidad a largo plazo. Si bien el desfile fue un paso importante en la dirección correcta, las críticas que la marca ha enfrentado en el pasado sugieren que el cambio deberá ir más allá de un solo evento. Ahora, lo que queda por ver es si esta nueva visión es sostenible y si Victoria’s Secret puede realmente transformar su imagen de manera auténtica y duradera.
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