Triste cierre de local que acentúa la fuerte bronca
Edición Impresa | 9 de Diciembre de 2024 | 03:21

Por MARTIN MENDINUETA
Una vez más, y ya van muchas, Gimnasia no consiguió lo que tanto necesitaba. Después de haber jugado mal en la caída ante Boca, sus hinchas esperaban una reivindicación que tampoco llegó.
Preso de la mediocridad que tanto lo ha limitado en los últimos tiempos, fue incapaz de aprovechar su mejor momento (casi todo el primer capítulo) y cayó ante un rival de pocas luces que usufructuó su declive en el complemento.
Dentro de una coyuntura donde las quejas populares apuntan hacia varias direcciones, la coincidencia radica en un diagnóstico severo: Gimnasia puede mostrar más o menos buenas intenciones, pero carece de jerarquía técnica para llevarlas a cabo .
Ya iniciado el proceso de reestructuración del plantel profesional, la gran incógnita anida en qué tan certeras serán las decisiones que le darán la silueta final al equipo del año próximo.
En una coyuntura donde son muy pocos los apellidos que se salvan de la crítica más ácida, el disconformismo general reclama un cambio drástico que permita plantearse metas más ambiciosas. Faltando una fecha para finalizar tan floja temporada, los distintos estamentos del fútbol profesional no pueden eludir la autocrítica. Fue un mal año, pobre en buenos resultados y desnudo de ilusión.
UNA GAMBETA DE PANARO Y ACTITUD MEJORADA DEL EQUIPO DE MÉNDEZ
Buena parte del primer tiempo combinó el repunte de Gimnasia y una actitud tibia del huésped que necesitaba ganar en el Bosque para darle fuerza a su deseo de ser campeón.
El entretiempo se aprovechó para comentar las criteriosas intervenciones de Panaro, la buena complementación de Morales y Martínez y la presión que tanto incomodó al visitante que no se mostraba “habriento” ni ambicioso.
Que Talleres prácticamente no haya inquietado a Ledesma fue el principal mérito de un Lobo mejorado en su funcionamiento general. El tema fue que no lo pudo sostener y, despacito, lo afectó un bajón sostenido en su postura colectiva.
Los que ingresaron no le hicieron bien (Cabral, De Blasis, Max y Primante) y era obvio que los cordobeses en algún momento tenían que buscar los tres puntos con mayor convicción. Lo hicieron mediante los valiosos ingresos de Barticciotto, Girotti y Riveros, quienes tuvieron que ver en la construcción de la jugada más importante de la tarde.
A Gimnasia lo persigue la obligación de sumar aciertos contundentes en el mercado de pases. De lo contrario, el actual escenario de fastidio y bronca, que reparte culpas y señala responsables, cobrará una dimensión diferente.
Ya es hora de no volver a equivocarse.
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