Necesitan mayor cuidado el lago y el paseo del histórico Parque Saavedra
Edición Impresa | 1 de Febrero de 2024 | 02:18

Entre los paseos públicos de excelencia con que cuenta nuestra ciudad, se encuentra desde siempre el Parque Saavedra. Junto al Paseo del Bosque, conformaron dos de los lugares más tradicionales y de los espacios más privilegiados de La Plata, ambos con sendos lagos. Sin embargo, también los dos se asemejan por no haber contado en muchas épocas con el mantenimiento que merecen, de modo que los dos sufren el contraste que implica disponer de una ornamentación y un paisaje muy valiosos y, al mismo tiempo, no poder exhibirlo en buenas condiciones.
Justamente, en las últimas jornadas, vecinos cercanos al Parque protestaron por el “estado de abandono” que muestra el lago desde hace mucho tiempo. Basura esparcida en su entorno y en el espejo de agua, falta de perfilado en las orillas, vegetación que invade al lago, forman parte de lo que calificaron como una “postal deplorable” para la Ciudad, sobre manera en una temporada en la que, por el calor reinante, es mucha la gente que acude al paseo arbolado para buscar sombra y recreación.
El manifiesto esplendor con que fue diagramado y construido el paseo por los fundadores de la Ciudad, la riqueza forestal, la majestad de su lago y el patrimonio arquitectónico que contiene desde sus primeros días fueron siempre cualidades que lo identificaron, aunque, como se ha dicho, ha sido también evidente la escasa atención que se le ha prestado.
El funcionamiento intermitente, cada vez más discontinuado, del motor que limpia y oxigena el agua, con el resultado de las plantas y malezas se convierten en una suerte de selva que impide la alimentación y la sobrevida de algunas especies como peces y tortugas, han contribuido negativamente para convertir al espejo de agua en un virtual pantano.
Cabría reseñar que en 1885, tres años después de la fundación de La Plata, se instaló en el Parque Saavedra el primer abastecedor de agua potable por bombeo de la Ciudad, la planta aún ubicada sobre 14 y 68. Y aquellos primeros platenses, vecinos del predio, a finales del siglo XIX se ocuparon de ornamentarlo colocando sauces y aromos, además de construir los senderos originales del parque.
Muy pronto comenzó a funcionar allí el jardín botánico que fue cercado en 1938, en tanto que en el resto del predio se encuentra la casilla que fue obrador donde el ingeniero Pedro Benoit realizó los planos de la Ciudad. Tal como lo describe una publicación del barrio de Meridiano V esa casilla que el autor del diseño había instalado provisoriamente frente a la iglesia de San Ponciano, fue emplazada luego, en 1940, en el Parque Saavedra, donada a la Ciudad por el empresario Carlos Servente y señora. En 2006 sufrió un incendio y fue restaurada en 2010.
Es de esperar, entonces, de que resurjan las múltiples bondades que ofrece este predio de catorce hectáreas que contiene múltiples atractivos para la recreación, con una biblioteca popular y un centro que congrega múltiples actividades culturales y, especialmente, un lago que no merece el deterioro que muestra hace tiempo.
Son demasiados los años en los que los vecinos del Parque Saavedra vienen quejándose por el mal estado que exhibe el paseo.
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