Despiertan a una pareja y le sacan hasta la plata para pagar el alquiler

Una banda compuesta por al menos dos delincuentes, que portaban ropas oscuras, pasamontañas y guantes, perpetró ayer por la madrugada un feroz golpe en una vivienda ubicada en Villa Elisa. Los malvivientes, que sorprendieron a una pareja cuando dormía, no escatimaron en insultos y amenazas para quebrar la voluntad de ambos y apoderarse del dinero que tenía para pagar el alquiler.

Para dar el golpe, los intrusos se ampararon en la oscuridad y el escaso movimiento nocturno para cometer su ataque sin testigos que pudieran denunciarlos.

En base a una serie de datos preliminares, todo apunta a que el operativo fue montado en la vivienda equivocada ya que los sujetos en repetidas ocasiones preguntaron por “un viejo” que tenía “mucha tarasca”. Incluso, uno de ellos se comunicó con un agente externo para recriminarle que le “había pasado un mal dato”.

El hecho tuvo lugar en un domicilio emplazado en la intersección de las calles Centenario y 55, hasta donde llegaron dos desconocidos, cuyas edades no pudieron ser precisadas por un lado, a raíz de que usaban pasamontañas y, por otro, debido al estado de nerviosismo de las víctimas.

Por estas horas se investiga por qué sector de la propiedad los asaltantes hicieron su ingreso. Sobre este punto, fuentes policiales indicaron que todo apunta a que pudieron haber utilizado una ganzúa para abrir el pasador ya que no se halló ninguna abertura forzada.

Al mismo tiempo destacaron que la versión de los damnificados concuerda con los datos que se pudieron extraer de la escena. Pese a que dieron vuelta la casa no se pudo dar con una huella digital ajena lo que demuestra que en todo momento operaron con guantes.

En ese sentido, por estas horas los investigadores aguardan los resultados de los análisis realizados en las imágenes tomadas por las cámaras de la zona ya que confían en que alguno de ellos pudo haber filmado a alguno de los ladrones.

Puntualmente, con los registros fílmicos de la zona, lo que se pretende es, además de intentar identificar a los sospechosos, saber si escaparon en algún rodado que los esperaba en las inmediaciones y si hubo un tercer involucrado ya que, como se indicó, mientras se desarrollaba el hecho hubo un contacto por teléfono para “brindar novedades” y “coordinar la salida”.

Según pudo saber este diario, una vez que tuvieron acceso a la morada, los intrusos accedieron a la habitación donde se encontraba la pareja y los despertaron.

Sin mediar palabra, los delincuentes pusieron toda su hostilidad al servicio del atraco con la intención de “ablandar” al dueño de casa, a quien la colmaron de miedo con amenazas de muerte mientras lo ataban de pies y manos con los cordones de sus propias zapatillas.

Presa del terror, a la mujer no le quedó otra opción que aceptar como los asaltantes arremetían contra su esposo, ya que, no conformes con reducirlo e inmovilizarlo, lo arrojaron al suelo para someterlo a un interrogatorio feroz.

Mientras uno se abocó a preguntarle en repetidas ocasiones por “los dólares”, el otro se dedicó a violar la intimidad de esta familia revisando cajoneras, placares y cada recoveco de la finca. Como suele suceder en estos episodios, buscaban dinero en efectivo, especialmente dólares, joyas y otras pertenencias de valor.

Pero en lugar de ello debieron conformarse con 80 mil pesos y el Chevrolet Onix de los damnificados. Es que después de varios minutos de zozobra, las respuestas que dio el dueño de casa terminaron por convencer a la banda de que se había equivocado de casa.