Sacrificado y eficaz, supo comerse a un pobre Diablo

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Por MARTIN MENDINUETA

@firmamendinueta

Con la principal virtud de haber usufructuado a la perfección la pobreza de ideas y la enorme impotencia de un equipo que venía “inflado” de elogios, Gimnasia volvió a festejar fuerte sin la complicidad de su gente.

Otra vez lejos del Bosque y teniendo claro que casi nadie lo había considerado candidato al triunfo, este Lobo todavía difícil de catalogar se regaló un impacto ideal que enterró aquella amargura ante los mendocinos.

Rodrigo Saravia, corriendo de manera emocionante, jugó un partidazo que no olvidará. El uruguayo resultó sostén esencial de la victoria que lo tuvo como héroe y único goleador.

Solidaridad y sacrificio fueron los rasgos relevantes de la formación que puso en cancha Madelón. Sin brillos, pero con una convicción que merece ser resaltada, el Lobo dejó triste y en silencio a un estadio repleto. La hinchada de Independiente fue a ver algo muy distinto a lo que ocurrió. Mimado por diagnósticos dulzones que probablemente lo hayan confundido, la criatura tutelada por el Apache defraudó. Con movimientos previsibles y ejecuciones desabridas, quedó confundido ante la modestia de un huésped eficaz.

EL PRIMER TIEMPO LE ENTREGÓ MÁS DE LO QUE PODÍA PEDIR

Con un error capital, nervioso y apurado por generar ataques de peligro real, un pobre Diablo le hizo vivir al Lobo una primera etapa soñada. Haberse ido al descanso ganando por la perseverancia y el buen criterio para definir del uruguayo Saravia, resultó un impulso anímico notable para quien había llegado a Avellaneda con la firme intención de no volver a perder.

Lo ocurrido en la primera mitad envalentonó a Gimnasia para abrazarse al optimismo y creer que la noche del sábado podía terminar con brindis propios de una fiesta.

CON SU EXPERIENCIA, EL “PATA” CASTRO BRINDÓ MUCHA CLARIDAD

En el contexto de una prueba que demandaba estar atento a todos los detalles, el aporte de Lucas Castro creció mucho en el segundo tiempo. Manejó la pelota teniendo clara la forma en que debía ayudar a sus compañeros. En varios momentos resultó un desahogo indispensable para agigantar la desesperación del dueño de casa.

Haber vuelto a ganar de visitante ayudará para que crezca la autoestima. Necesita sentirse fuerte y nada mejor que un triunfo para engordar la confianza.

 

Gimnasia

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