Esta vez pocos reproches por no haber sido tímido arriba
Edición Impresa | 18 de Marzo de 2024 | 03:02

Por MARTIN MENDINUETA
Gimnasia volvió derrotado del Monumental, pero el 3 a 1 no refleja el correcto partido hecho por el Lobo ante el reciente ganador de la Supercopa.
En tiempos crueles, donde cada entrenador necesita revalidar su idoneidad prácticamente fecha a fecha, Leonardo Madelón hoy se alejó unos pasos del “borde de la cornisa”, donde estuvo parado en las últimas semanas.
La fuerza del resultado es desmesurada y, en muchas ocasiones, tapa todo, hasta los vaivenes del trámite. Gimnasia perdió luego de haber mostrado un rendimiento criterioso, con algo de tenencia en la zona media y generando un buen ramillete de situaciones de peligro.
semana tranquila y mayúscula obligación para lo que sigue
Los mens sana ingresan al lapso donde se detiene por unos días la competencia sin escuchar reproches hirientes. El técnico, que resignó un delantero en la formación titular para sumar a un mediocampista de neto corte defensivo, consiguió así un equilibrio mayor que le dio a De Blasis libertad para moverse como indispensable nexo a la hora sumar buenos pases.
El empate que dejó el primer tiempo marca con claridad que el Lobo hizo un partido serio, con respetable criterio para defender y mayor ambición a la que venía mostrando de visitante para ir al ataque.
El segundo gol del ganador llegó, con una brisa de buena suerte, en un tramo de la pulseada donde no estaba seguro atrás y Gimnasia merodeaba su área generando cierta intranquilidad.
Después de ese “mazazo”, los hombres de recambio que Demichelis puso en el campo aumentaron la distancia entre el anfitrión y su modesto huésped.
River, el equipo con mayor jerarquía individual del país, se impuso con justicia, aunque tuvo momentos de incomodidad y allí es donde brotan comentarios elogiosos para el equipo de nuestra ciudad.
Este Gimnasia es un equipo perfilado para combinar alegrías y tristezas; cuenta con un plantel de mediano relieve individual y sabe que debe hacerse fuerte combinando intensidad y espíritu solidario.
Vienen días sin “fiebre” ni histeria colectiva “pidiendo la cabeza del entrenador”. Eso sí, cuando pase la distracción de los dos partidos amistosos de la Selección, su gente le recordará que tendrá que ganarle al recién ascendido Deportivo Riestra.
Así vive. Todos los saben. Es la realidad de un equipo que hoy cobija sueños no tan ambiciosos.
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