El acumulador muerto en El Dique tenía un disparo
Edición Impresa | 4 de Marzo de 2024 | 01:26

Un balazo en la cabeza en la región temporal derecha. Esa herida fue detectada por los forenses al examinar el cuerpo del hombre de 44 años, que el sábado último fue encontrado muerto dentro de su casa incendiada en Ensenada.
Si bien no se descarta que la víctima haya podido contar con un arma de fuego para dispararse mientras las llamas iban ganando altura, de no encontrarse restos de la misma, la situación podría abrir el juego a otras hipótesis: unas de ellas apuntaría a un posible ataque de terceros.
¿Alguien pudo atacarlo y provocar el fuego todo para intentar borrar las huellas del delito? Esa pregunta obviamente está arriba de la mesa de los investigadores. “Si no aparece nada, veremos que va surgiendo de la causa”, expresó un jefe policial en diálogo con este diario.
Para ello seguramente se analizarán las imágenes de las cámaras de seguridad, se intentará determinar si el fallecido tenía familiares para conocer más sobre su historia personal, los vínculos y cuál era la relación que tenía con los demás habitantes del barrio.
Como se sabe, el siniestro ocurrió en las calles 43 y 124, en El Dique.
Los voceros expresaron que en la autopsia se especificó que el causante “posee herida de arma de fuego en el sector craneal y pérdida de masa encefálica, incautándose un proyectil, no especificando calibre, dado que se halla deformado”.
Tampoco se pudo determinar si la lesión fue determinante para desencadenar el deceso.
La pesquisa, cabe destacar, presenta sus dificultades, porque en estos momentos se examinan los restos que quedaron del foco ígneo, lo que puede demorar algunos días.
El hombre, que vivía hace unos 8 años en el lugar, se dedicaba a acumular desperdicios, por lo que la escena es muy compleja.
“Se deberá buscar minuciosamente entre un montón de basura. No es fácil”, indicó una fuente.
“La pista principal es la del suicidio, pero todo dependerá de si aparece o no el arma. La casa igualmente estaba cerrada por dentro”, agregó.
El dramático suceso tuvo lugar en una pensión y la habitación que el hombre ocupaba fue tomada por las llamas, cuyo desencadenante ahora es materia de investigación.
Hasta allí llegaron dos dotaciones de Bomberos, que trabajaron arduamente hasta contener el incendio.
Los informantes indicaron que el fallecido se llamaba Pablo Carneira.
Según se reportó, la cantidad de objetos inflamables que había en la habitación alimentó la combustión y el desenlace fatal fue inevitable.
El operativo, que incluyó un corte total de tránsito en ambas manos de la 43, contó con personal policial, el SAME y los Bomberos Voluntarios de Ensenada.
El hecho causó enorme conmoción entre los vecinos de la zona, sensación que se mantiene con el correr de las horas, mucho más con la sorpresiva noticia del disparo.
Siendo que habitaba en una pensión, tal vez otro consorcista pudo escuchar la detonación del arma de fuego e incluso saber si existieron movimientos extraños en la construcción o algo fuera de lo normal.
Precisamente, de las testimoniales que la fiscal del caso, María Eugenia Di Lorenzo, ya mandó a recabar a los oficiales de la seccional tercera de Ensenada, varias preguntas estarán direccionadas a desentrañar esos enigmas.
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