Adolescentes en riesgo frente a la posibilidad de realizar apuestas por internet

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El informe publicado ayer en este diario, revelador de que la ludopatía –la enfermedad de jugar, de apostar dinero- se ha extendido a jóvenes y casi niños, en una situación que es advertida por especialistas y docentes, abre márgenes hacia la preocupación y debiera movilizar a las autoridades y a la sociedad a buscar fórmulas para superar lo que conforma un verdadero flagelo.

Tal como señaló un psicólogo platense, se está frente a un fenómeno que no sólo es local sino que se está frente a un fenómeno mundial que crece exponencialmente en las redes de internet. Así lo ratifica una investigación de Global Online Gambling Market, que informó que en 2020 los juegos de azar online recaudaron 65.316 millones de dólares y proyectaron que para el 2027 la cifra llegará a los 130 mil millones de la misma moneda.

Se dijo asimismo en este diario que sin la necesidad de salir de sus casas, ni de exponerse a lugares en los que deban constatar su mayoría de edad, los adolescentes tienen un gran abanico de juegos para apostar. Aunque las apuestas deportivas son las favoritas, en esas mismas páginas digitales pueden jugar a otros clásicos como al póquer o a los tradicionales juegos del casino. Y aunque ingresen por curiosidad, como algo meramente recreativo o para imitar a sus pares, los chicos se exponen a un peligro inminente.

Es allí donde cobra importancia la intervención de los padres, sobre todo si se tiene en cuenta que arrancan a tan temprana edad. En ese sentido, el especialista platense manifestó que los adultos tienen que “tratar de controlar que es lo que hacen los chicos cuando están en los dispositivos electrónicos, si están en las redes básicas como pueden ser Instagram o TikTok o si están en plataformas de apuestas”.

En el trabajo publicado ayer se alertó que la vulnerabilidad de los adolescentes y jóvenes frente al juego en línea no tiene una sola explicación sino que es el resultado de una interacción compleja de factores individuales, sociales, económicos y culturales.

Se dijo que casi nadie deja de lado que la posibilidad de ganar grandes sumas de dinero es una de los factores que impulsan a los chicos a jugar, sobre todo cuando en redes sociales circulan numerosas historias de personas que han ganado jugosos premios por adivinar el resultado de un partido de fútbol o por atinar quien será el nuevo eliminado de Gran Hermano, relatos que vuelven estas plataformas más tentadoras en especial porque solo se cuentan los triunfos y no las derrotas.

Se habla así de una verdadera zona liberada, en donde el jugador puede ser casi un niño sin que sea controlado, en una situación que llama, por cierto, a la responsabilidad de los padres para ejercer las medidas preventivas del caso.

Existe en las redes sociales una poderosa estructura destinada a explotar el juego en sus múltiples variantes y lo más preocupante ahora es que niños y jóvenes figuran ahora entre los adictos.

Un abogado platense aludió a la responsabilidad de la sociedad y de las autoridades para abordar este problema y tomar medidas destinadas a proteger a los menores de los peligros del juego en línea, a las distintas maneras de adicción tecnológica y a una mayor concientización digital.

Ya existen acciones oficiales, como las impulsadas en Mar del Plata, consistentes en desplegar campañas de prevención dirigidas a los adolescentes para que tomen conciencia sobre los riesgos que corren.

La medida se concretó a través de una ordenanza del Concejo Deliberante que dispone que toda publicidad sobre actividades vinculadas a las apuestas que pueden realizarse deben incluir difusión de material que destaque los peligros y las consecuencias negativas de las apuestas on-line.

 

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