Avanza el juicio oral por el asesinato de un jubilado

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Con la casi totalidad de la prueba de la fiscalía producida, el juicio oral por el asesinato de un jubilado en barrio Hipódromo, ocurrido el 1º de enero de 2020, se retomará el próximo 6 de mayo en la sede de los tribunales penales de nuestra ciudad, que está ubicada en 8 entre 56 y 57.

Se trata del caso que tuvo como víctima a Jorge Pecchiari (76), a quien hirieron de muerte, con un disparo en el tórax, en su casa de 37 entre 120 y 121.

Ayer se desarrolló una nueva jornada de debate, con distintas declaraciones propuestas por María Victoria Huergo, representante del Ministerio Público, que sirvieron, según confiaron fuentes judiciales, para robustecer la acusación que pesa sobre los dos hombres que están sentados en el banquillo de los acusados: Héctor Villamayor y Walter Lazarte.

En ese sentido, frente a los jueces Carmen Palacios Arias (en el rol de presidenta), Ezequiel Medrano y Eduardo Silva Pelossi, pasaron varios de los policías que tuvieron que ver con el procedimiento posterior al homicidio y todo lo relativo al plano investigativo, que terminó con la captura de los dos sospechosos.

También se presentaron dos personas que le dieron lugar de alojamiento a Lazarte, uno de los cuales reconoció haber recibido amenazas anónimas para que “no cuente demás”.

Se incorporó por lectura el reconocimiento médico legal de Villamayor y la pericia bioquímica, que arrojó que no tenía tóxicos ni alcohol en sangre, aunque sí detectó presencia de cocaína en orina.

Después expuso el yerno de Pecchiari, quien describió cómo encontró un botón en la escena del hecho, que se correspondía a una campera de Villamayor.

Los voceros consultados por este diario indicaron que quedaría pendiente la exposición de la policía a la que le robaron el arma con la que cometieron el crimen y, con eso, prácticamente estaría completa la prueba de cargo.

Por eso, a partir del 6 de mayo, la defensa debería mostrar sus cartas y ahí restará la producción de los alegatos, la posible declaración de los imputados y la definición del caso, con el decisorio de los magistrados de intervención.

Al comienzo del debate, María Amieva, la viuda y sobreviviente del ataque, ya que estaba junto a su marido cuando lo asesinaron.

“Lo ejecutó a cincuenta centímetros de distancia, la bala entró, salió y quedó en mi pie”, rememoró la mujer, quien espera “que se haga justicia y que se cumpla”.

“Yo empecé a gritar, que no le peguen, hacía poco tiempo lo habían operado y estaba débil”, recordó emocionada la mujer.

El barrio se hundió en una notoria conmoción en el primer día de ese nuevo año, porque cuando todos recién comenzaban a transitar los primeros momentos tras los festejos tomaban conocimiento de este trágico hecho.

Jorge, como lo conocían en el barrio, trataba de reforzar la jubilación mínima que cobraba haciendo reparaciones de aires acondicionados de automóviles y otros trabajos relacionados con refrigeración.

A uno de los sospechosos lo agarraron en una casa de Villa Catella y al otro en El Mercadito.

Además se secuestró una moto y el arma que sería la utilizada en el hecho.

 

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