¿Ya se acabó el amor?

Irene Bianchi

¡No lo puedo creer! ¡Qué bajón, amigas!

¿Y ahora qué te pasa, Leti?

Se acabó el amor. Se separaron. ¿No se enteraron?

¿Quiénes? ¡Aflojá con tus enigmáticos, Leti!

¿Cómo quiénes? Javi y Fati. 

¡Qué confianzuda! ¿Hablás del Presidente y la imitadora? ¿Vos te comiste ese verso?

¿Qué querés decir, Pupi? ¿No era cierto?

Tengo mis dudas. Para mí, fue puro marketing, sarasa de campaña.

¿Y esos besos?

Chupones, querrás decir. Un asquete esos lengüetazos en el escenario. Una puesta en escena berreta y desagradable. 

¿Y ella volverá a los brazos de Norberto, su ex?

No creo. Fátima ya tiene una gira programada en Estados Unidos y Europa. La va a juntar en pala. Euros, dólares …

Para mí que Karina, la hermana del Peluca, a quien él llama “el Jefe”, le echó flit a la comediante. Celos.

Es la que manda. El Poder detrás del trono de Rivadavia.

Chicas, me tienen sin cuidado los enredos de alcoba del libertario. Lo que me rompe los ovarios es el aumento millonario que se auto-regalaron los senadores, entre gallos y medianoche. Cuatro palos van a cobrar, mientras nosotras raspamos el fondo de la olla.

Hay que cambiarle la primera letra. No son senadores con “ese”, sino con “ce”. Cenadores. Y nosotros, la gilada, corremos con la cuenta.

Ellos van a tener que correr, y en tarlipes. Hay que conocerles las caripelas así los escrachamos cuando nos crucemos con ellos.

Eso no se está bien, Pupi.

¿Y aumentarse las dietas está bien? ¿Mientras la dieta nuestra es de hambre? No tienen vergüenza esos desfachatados.

Si mal no recuerdo, vos votaste a este gobierno, amiga. Ajo y agua.

¿Y qué? ¿Acaso vos nunca te equivocaste? ¡Mirá que empiezo a enumerar las docenas de energúmenos que te comieron la billetera durante las últimas décadas, a cambio de una camita caliente y unos mimitos, eh!

Lo cierto es que a esta altura, la patética y mugrienta Casa de Gran Hermano es un quirófano inmaculado al lado del Congreso de la Nación. 

Hablando de ese bodrio, ¿qué le pasó a la irascible “Furia”?

Casi la dan por fiambre, pero volvió como si nada. Un bolazo más para levantar el rating.

¿Cuánto hace que digo que hasta que un participante no espiche en cámara o acuchille a otro, no van a parar? Todo vale. No tiene el menor escrúpulo el así llamado “Canal de la Familia”.

Dicen que el tufo ahí adentro es insoportable. Roban morfi, queso, jamón, y lo esconden debajo de los colchones. Por más aromatizador que echen, el aire es irrespirable.

Ni hablar del olor a chivo, a flatulencias y a partes pudendas. ¡Te lo regalo!

Van a tener que fumigar, o directamente prenderle fuego a la casa.

Algo también huele a podrido en la Cámara de “C”enadores, parafraseando al Príncipe Hamlet. Ahora falta que los diputados también se regalen un aumentito.

¿Y el Peluca no va a hacer nada al respecto?

Veremos. No sea cosa que también se le acabe el amor de sus votantes. ¡Chin, chin!
 

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