La aceleración de los tiempos para alcanzar un dígito en la inflación ya en este mes

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José Calero

El presidente Javier Milei se viene jactando de cómo su Gobierno logró desacelerar una inflación que corría al “3.700 por ciento anual” en diciembre, a otra que ya está por debajo del 200 por ciento. Incluso deslizó en su última entrevista que bajo determinadas condiciones los precios ya están cerca del dígito mensual.

El tema es foco de conversaciones entre el Presidente y su ministro de Economía, Luis Caputo, quien habló únicamente para referirse al comportamiento de los precios. Coinciden en la necesidad de que aparezca una buena noticia en momentos en que únicamente se escucha hablar de ajuste y arrecian los despidos de estatales y también las suspensiones en el sector privado, como ocurre en la construcción y rubros de la industria automotriz.

Caputo lo planteó claro en la última reunión mantenida con los CEO de las alimenticias y supermercados: “Ustedes calcularon sus costos con un dólar entre 1.300 y 2.000 pesos, y ahora resulta que bajó a mil. Les pido revisar sus listas de precios”.

Los supermercadistas comenzaron a reaccionar ante el pedido oficial y ya dos grandes cadenas anunciaron rebajas de precios y, sobre todo, empezaron a marcar sus ofertas con ajustes en los precios por producto, que son los que mide el Indec, y no marcando descuentos en la segunda unidad o con promociones del tipo “3x2”.

A muchos sorprende, mientras, el nivel de acompañamiento que aún mantiene el gobierno de parte de la sociedad. Incluidos la oposición y los gremios, que no comprenden el fenómeno. Pero desde el propio oficialismo admiten que esa tónica favorable de la opinión pública tiene un límite, marcado por el momento en que la clase media comience a comerse los ahorros y llegar a fin de mes termine de convertirse en una pesadilla.

Ante esa lógica irreprochable, Caputo trabaja en apurar la rebaja de precios, para que la inflación deje de ser el dato negativo que se conoce cada mes, y pase a ser un activo más del gobierno.

El próximo viernes el Indec informará el índice de precios de marzo, que habría marcado 12 por ciento según las principales consultoras (para Caputo está en torno al 10 por ciento). Permitiría mostrar una desaceleración respecto de febrero, cuando arrojó 13,2 por ciento, pero aún tiene una distancia del objetivo de fondo, que es perforar el piso del 10 por ciento.

El ministro de Economía cree que ese objetivo podría lograrse con la inflación de abril y trabaja en consecuencia sobre las expectativas de los agentes que definen los precios. “No esperen otra devaluación porque no la habrá”, les aseguró a los empresarios. Como argumento, detalla el ritmo de compras de divisas que viene teniendo el Banco Central, que superó los US$ 400 millones el jueves, un nivel alto.

El Gobierno insiste en que el índice de inflación no está reflejando cabalmente la baja de los precios (en febrero arrojó 13,2 por ciento) y que, si no fuera por las promociones por cantidad y la resistencia de los fabricantes a ofrecer un menor precio por unidad, el índice sería aún menor. Milei aseguró que si se “limpiara” el arrastre estadístico y la suba de tarifas atrasadas, la inflación está en el orden del “7 por ciento mensual”.

Las consultoras esperan para marzo un costo de vida todavía alejado de la expectativa oficial de alcanzar un dígito. Esa dificultad fue lo que hizo escalar las tensiones el mes pasado, previo a conocerse el dato de febrero, cuando Caputo convocó a supermercadistas y a los CEO del consumo masivo para reclamarles por los “precios desmedidos”.

Tras esas reuniones, el Ejecutivo avanzó en la rebaja de impuestos para importar una canasta de casi 3.000 productos y algunos supermercados empezaron a modificar sus ofertas. La semana pasada, Caputo había destacado en otro posteo de fotos con el “antes” (2x1) y el “después” (descuentos del 30 al 50 por ciento por unidad).

Está bajando.

EcoGo estimó que la nueva decisión de algunos supermercados podría significar una reducción de la inflación de entre el 0,4 y 0,8 puntos porcentuales en marzo.

La incidencia parece menor, pero podría contribuir a mostrar un número más cercano a lo que esperan en los despachos oficiales.

Las mediciones privadas muestran una desaceleración en alimentos y bebidas en las últimas semanas de marzo, aunque reflejan una suba en torno al 11 por ciento mensual.

Algunos precios bajaron por la recesión y la fuerte caída de ventas, lo que ocasiona que haya productos con fecha de vencimiento inminente.

El secretario de Comercio, Pablo Lavigne, y el subsecretario de Defensa del Consumidor, Fernando Blanco Muiño, tuvieron un informe detallado en la reunión que mantuvieron con Fernando Savore, el vicepresidente de la Federación de Almaceneros Bonaerenses. Varios fabricantes de consumo masivo reconocen que sus ventas vienen “doble digito abajo” del año pasado.

El ministro además quiere llegar con datos positivos a las reuniones del FMI y el Banco Mundial en la Asamblea de Primavera en Washington. El ministro de Economía no estaría del todo conforme con las permanentes declaraciones de funcionarios del Fondo pidiendo un ajuste de “mejor calidad”.

Cerca del Palacio de Hacienda creen que el Fondo no quiere quedar pegado a posibles protestas sociales.

El otro punto que podría tocar Caputo en su paso por Washington son las opciones para que la Argentina tenga un desembolso del organismo por una cifra que algunos observadores ubican en los u$s 15.000 millones.

La vocera del Fondo dijo que es muy temprano para hablar de ese tema. El paso del ministro de Economía por la Asamblea del organismo le permitirá palpar de primera mano cómo vienen los votos en el directorio del Fondo en caso de que ese tema llegara a prosperar en la recomendación que realizan los técnicos que siguen el caso argentino. (NA)

 

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