Tecnología: el desarrollo del 6G, con el 5G en las “gateras”

La sexta generación de redes móviles no solo mejoraría las capacidades actuales, sino que también introduciría adelantos que hoy parecen sacados de una película de ciencia ficción

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El despliegue del 5G está todavía en sus primeras etapas, pero la mirada del mundo tecnológico ya se dirige hacia el horizonte del 6G, la próxima generación de redes móviles que promete transformar radicalmente la conectividad y el uso de datos en nuestra sociedad. Desde China hasta Corea del Sur y Europa, las potencias tecnológicas ya están avanzando hacia un futuro que podría estar marcado por la hiperconectividad y la integración total de la inteligencia artificial en nuestras vidas diarias.

El 6G, o sexta generación de redes móviles, es el sucesor del 5G. Se espera que esta nueva tecnología no solo mejore las capacidades actuales, sino que también introduzca innovaciones que hoy parecen sacadas de una película de ciencia ficción. Las velocidades de transmisión alcanzarán hasta 1 terabit por segundo (Tbps), una latencia reducida a 0,1 milisegundos y una eficiencia energética sin precedentes. Esta evolución permitirá avances significativos en campos como la medicina, el automóvil y las comunicaciones holográficas.

Una de las promesas más emocionantes del 6G es la velocidad extrema. Mientras que el 5G ofrece velocidades máximas teóricas de hasta 20 Gbps, el 6G aspira a alcanzar hasta 1 Tbps. Además, la latencia se reducirá de los 1 milisegundo del 5G a unos asombrosos 0,1 milisegundos, lo que permitirá comunicaciones en tiempo real sin apenas retraso. El 6G no solo será más rápido, sino que abrirá las puertas a nuevas aplicaciones que requieren altísimas velocidades y baja latencia. La realidad extendida (virtual, aumentada y mixta) y las comunicaciones holográficas en tiempo real se convertirán en una realidad cotidiana. La inteligencia artificial también se beneficiará, permitiendo redes auto optimizadas y auto gestionadas que mejorarán la eficiencia y el rendimiento. En un mundo cada vez más consciente del impacto ambiental, el 6G promete ser significativamente más eficiente en términos de energía. Con un consumo ultra bajo, permitirá la conectividad de millones de dispositivos sin comprometer el medio ambiente.

 

El 6G promete cambiar la forma en que interactuamos con la tecnología y entre nosotros

 

OTRO PUNTO DE TENSIÓN ENTRE PAÍSES

China, pionera en la investigación del 6G, ya ha puesto en órbita satélites de prueba y planea la comercialización de esta tecnología para 2030. Corea del Sur, por su parte, ha anunciado un proyecto piloto para 2026, con la vista puesta en una implementación comercial para 2028. En Europa, España ha aprobado ayudas de 95 millones de euros para el desarrollo del 5G avanzado y el 6G, posicionándose a la vanguardia de esta revolución tecnológica. A pesar del entusiasmo y las inversiones, la estandarización y comercialización del 6G todavía están a varios años de distancia. Los expertos coinciden en que el 6G podría estar disponible comercialmente para 2030. Hasta entonces, el mundo verá el despliegue de tecnologías intermedias como el 5G avanzado o 5.5G, que servirán como paso previo a la llegada de la sexta generación de redes.

El 6G promete cambiar la forma en que interactuamos con la tecnología y entre nosotros. Con velocidades que desafían la imaginación, latencia imperceptible y aplicaciones que transformarán sectores enteros, la sexta generación de redes móviles será un pilar fundamental en la construcción de un futuro hiperconectado e inteligente. Mientras el 5G continúa su despliegue, el mundo ya está preparándose para la próxima gran revolución en conectividad móvil.

La carrera hacia el 6G no se limita solo a velocidades más rápidas y latencias más bajas. También implica un cambio en cómo concebimos y utilizamos la tecnología en nuestras vidas diarias. Imaginemos un mundo donde los coches autónomos no solo se comuniquen entre sí al instante, sino que también interactúen con la infraestructura urbana de forma inteligente y eficiente. Pensemos en procedimientos médicos realizados a distancia con una precisión jamás vista, gracias a la transmisión de datos en tiempo real sin ninguna demora. Esta visión futurista no está tan lejos como parece, y el 6G será el catalizador que nos lleve allí.

La realidad extendida será una de las áreas más beneficiadas con la llegada del 6G. Esta tecnología permitirá experiencias de realidad virtual, aumentada y mixta mucho más inmersivas y realistas. Las comunicaciones holográficas, por otro lado, dejarán de ser una fantasía de la ciencia ficción y se convertirán en una herramienta cotidiana en nuestras vidas laborales y personales. Imaginemos poder asistir a reuniones con colegas de todo el mundo, no solo viendo sus rostros en una pantalla, sino interactuando con sus hologramas en tiempo real y con alta definición. Esta capacidad revolucionará la forma en que trabajamos, aprendemos y nos relacionamos.

La inteligencia artificial también se verá impulsada significativamente por el 6G. Las redes serán capaces de auto optimizarse y auto gestionarse, distribuyendo recursos de manera inteligente y eficiente. Esto no solo mejorará el rendimiento y la estabilidad de la red, sino que también permitirá aplicaciones más avanzadas de IA en diversos campos. Por ejemplo, los vehículos autónomos no solo podrán tomar decisiones más rápidas y precisas, sino que también podrán coordinarse entre sí y con la infraestructura urbana para mejorar el tráfico y reducir accidentes.

Otro aspecto crucial del 6G será su eficiencia energética. En un momento en que el mundo lucha por reducir su huella de carbono y hacer frente al cambio climático, el 6G promete ser una tecnología más verde. Con un consumo de energía significativamente menor que sus predecesores, permitirá la conectividad de millones de dispositivos sin sobrecargar la red ni el medio ambiente. Esto será especialmente importante a medida que más y más dispositivos IoT (Internet de las Cosas) se conecten a la red, desde electrodomésticos inteligentes hasta sensores en ciudades inteligentes.

El desarrollo del 6G también representa un desafío técnico considerable. Para alcanzar las velocidades y la latencia prometidas, será necesario utilizar frecuencias de terahercios, que están muy por encima de las frecuencias utilizadas por el 5G. Esto requerirá el desarrollo de nuevas tecnologías de antenas y técnicas de transmisión avanzadas. Empresas como Samsung y LG ya están trabajando en estos desafíos, realizando pruebas y desarrollando prototipos que puedan soportar estas altas frecuencias. Además, será crucial asegurar nuevas bandas de espectro para las aplicaciones comerciales del 6G, dado que las redes 5G seguirán operativas y coexistiendo con las nuevas redes 6G durante algún tiempo.

El camino hacia el 6G también implica una colaboración global. Diferentes países y regiones están invirtiendo en la investigación y el desarrollo de esta tecnología, pero será necesario un esfuerzo coordinado para establecer estándares globales y asegurar la interoperabilidad. La Unión Internacional de Comunicaciones (ITU) ya ha comenzado a sentar las bases para el desarrollo del 6G, con la recomendación ITU-R M.2160 que establece objetivos y parámetros para esta nueva tecnología.

 

El despliegue del 5G está en sus primeras etapas, pero la mirada innovadora ya apunta al 6G

 

En Europa, la Comisión Europea ha puesto en marcha varios proyectos para investigar y desarrollar el 6G, con una inversión inicial de 60 millones de euros. España, en particular, está haciendo esfuerzos significativos para posicionarse como líder en esta tecnología. El gobierno español ha aprobado ayudas de 95 millones de euros para el desarrollo del 5G avanzado y el 6G, y ha puesto en marcha el proyecto ENABLE-6G, que cuenta con el apoyo de Telefónica y otros actores europeos. Además, se están llevando a cabo proyectos de investigación e innovación en colaboración con la Joint Undertaking on Smart Networks and Services de la UE.

A medida que avanzamos hacia la era del 6G, es importante reconocer que esta tecnología no solo transformará la conectividad móvil, sino que también tendrá un impacto profundo en la economía y la sociedad. Sectores como la medicina, el transporte, la educación y el entretenimiento se verán transformados por las capacidades avanzadas del 6G. Los procedimientos médicos a distancia se realizarán con una precisión y fiabilidad nunca antes vistas, gracias a la transmisión de datos en tiempo real y sin latencia. Los coches autónomos no solo serán más seguros y eficientes, sino que también podrán coordinarse con la infraestructura urbana para mejorar el flujo de tráfico y reducir los accidentes.

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