La inseguridad también golpea en zonas rurales de la Región y la Provincia

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El cuatrerismo que hasta la década del ´90 aparecía como virtualmente extinguido, recordado sólo acaso en pretéritas películas y obras de teatro, recrudeció en la realidad y se convirtió, tanto para los productores rurales de la Región como los de otras zonas de la Provincia, en un verdadero flagelo.

Se trata, claro, del robo de caballos, es decir de una modalidad que volvió a enseñorearse en los últimos tiempos tanto en algunos sectores suburbanos como rurales del territorio bonaerense

Tal como se publicó en este diario, la preocupación entre los propietarios de caballos volvió a instalarse en las últimas horas en la Región, por el robo en distintos sitios de varios ejemplares. La denominada inseguridad rural se presentó así en Los Hornos, con posterioridad en un sector del barrio de El Dique en Ensenada y más tarde en cercanías de la Megatoma, también situada en Los Hornos. De esos tres lugares fueron robados varios caballos.

Las denuncias conocidas en los últimos años sobre casos de abigeato fueron numerosas y procedieron desde las zonas subrurales de Olmos, Etcheverry, Abasto, Melchor Romero y Los Hornos.

El año pasado la inseguridad rural se hizo sentir a la vera del Camino Real, que corre entre Berisso y La Plata. Se trató de un robo de animales que se preparan en esas praderas para avanzar en otros eslabones de la industria de la carne.

Lo mismo ocurrió en abril de 2009 en Berisso, con dos robos de ejemplares seguidos por una seguidilla en el Parque Pereyra Iraola, en donde misteriosamente desaparecieron 14 caballos que se encontraban en el predio de Asuntos Agrarios y que eran utilizados por los guardias del predio para la vigilancia de ese gran pulmón verde.

En algunos de los robos, los propietarios especularon que los delincuentes podrían provenir de algunas localidades del Gran Buenos Aires y también de un asentamiento en las afueras de La Plata. La necesidad de que las dependencias policiales y la sede del cuerpo de Policía Rural cuenten con más recursos –móviles, efectivos- y puedan así intensificar sus patrullajes, fue otro de los reclamos formulados

El cuatrerismo, como se ha dicho, consiste sólo en una modalidad más de la actividad delictiva, cuya detección -pese a que esos hechos se desarrollan habitualmente en escenarios despoblados- parecería en cambio más fácil de lograr que otra clase de robos, que se comete en lugares densamente habitados.

La única respuesta posible para el cuatrerismo la debe dar una activa y continuada presencia policial en el lugar, no sólo para reprimir sino para prevenir este insólito rebrote. Por ello es que resultan del máximo interés las medidas que dispongan las autoridades policiales para combatir eficazmente este flagelo.

 

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