Obreros del delito: rompen una pared y se llevan el botín en una carretilla

Una familia de Arturo Seguí pasó a conformar en las últimas horas la larga lista de víctimas de una modalidad que desde hace varios años viene causando estragos en la denominada Zona Norte: los escruches.

El hecho, que fue descubierto en horas de la tarde de ayer, ocurrió en una vivienda emplazada en 425 entre 135 y 136.

Todo apunta a que la maniobra fue ejecutada por la mañana, durante un espacio de casi seis horas en las que la familia estuvo abocada a la realización de unas compras.

Tal como lo especifica la definición de escruche, robo en ausencia de los ocupantes, una banda de ladrones aprovechó la desolación y terminó irrumpiendo por la fuerza a su propiedad con el objetivo de apoderarse de sus pertenencias.

Para acceder a la propiedad, los delincuentes fueron rompiendo una de las paredes del quincho hasta que lograron generar el espacio suficiente para que pudiera pasar un individuo.

Tras colarse en el domicilio, los intrusos hurgaron en cada rincón de la casa cargando a sus mochilas cada objeto de valor y asequible que fueron encontrando.

Si bien todo apunta a que se trató de un robo al voleo, todas las acciones llevadas a cabo en el lugar demuestran que se actuó sin improvisación.

Se tiene certeza que los, por ahora, desconocidos llegaron al lugar con herramientas que les permitieron romper la pared.

Pese al desconcierto y el mazazo que recibió por las pérdidas materiales, el hombre se abocó a la tarea de evaluar los perjuicios. Al inventariar sus pertenencias, el hombre detectó que le sacaron varias herramientas.

Puntualmente huyeron con una pala ancha y otra de punta, una escobilla, un rastrillo, un machete con mango de plástico, una tijera de podar y una carretilla.

A este perjuicio se debe sumar el presupuesto con el que deberá contar el policía para poder llevar adelante la reparación de la pared y de algunos vidrios que rompieron los delincuentes para acceder a una habitación.