Una de cada tres personas sufre “burnout” en el trabajo

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El “burnout” ha tomado una presencia inquietante en la vida de los trabajadores argentinos, con un impacto que resuena en sus rutinas diarias y en su bienestar general. Según un estudio reciente del Observatorio de Tendencias de Insight 21, perteneciente a la Universidad Siglo 21, uno de cada tres trabajadores en Argentina sufre de niveles de cansancio tan elevados que les impide realizar cualquier otra actividad después del horario laboral. Esta situación alarmante se ha exacerbado en los últimos años, reflejando una crisis de salud mental que exige atención y soluciones efectivas.

El síndrome de burnout no es simplemente un estado de agotamiento; es una condición que se deriva de la exposición prolongada al estrés crónico y agudo en el entorno laboral. Luis Morera, director del Observatorio de Tendencias Sociales de la Universidad Siglo 21, explica que el burnout se caracteriza por dos dimensiones clave: el agotamiento y el cinismo. El agotamiento va más allá del cansancio físico, representando una depleción completa de las reservas de energía de una persona. Por otro lado, el cinismo es una respuesta emocional negativa hacia el trabajo, desarrollada como un mecanismo de defensa ante el estrés constante.

Desde 2018, la Universidad Siglo 21 ha estado monitoreando los niveles de burnout en Argentina, y los datos revelan una tendencia preocupante de aumento constante. Morera subraya la importancia de medir el burnout, ya que este puede ser el precursor de trastornos más graves como la depresión, la ansiedad y enfermedades cardiovasculares. La identificación temprana y el abordaje integral del burnout son cruciales para prevenir estas complicaciones de salud.

El contexto socioeconómico y político también juega un papel significativo en el bienestar de las personas. Morera destaca que factores como la economía y la cohesión social pueden influir en los niveles de estrés y felicidad de la población. Además, eventos acumulativos a lo largo del tiempo pueden tener un impacto prolongado en el bienestar de los individuos. Este análisis subraya la necesidad de un enfoque holístico para abordar el burnout, integrando diversas dimensiones que afectan la salud mental y emocional.

La investigación del Observatorio de Tendencias también examina los niveles de felicidad y bienestar entre los argentinos, con resultados que revelan un panorama desalentador. Este año, solo el 50,7% de los argentinos se siente satisfecho con su vida, mientras que el 63,4% está insatisfecho con su situación actual. Aunque no se observan diferencias significativas según el género, sí se destacan variaciones por edad. Los argentinos de entre 50 y 59 años son los más afectados por esta tendencia, mientras que los jóvenes de entre 18 y 29 años muestran una leve mejoría.

Morera explica que la felicidad está compuesta por tres componentes: afectivo, cognitivo y contextual. La capacidad de una persona para sentir que progresa en la vida puede verse obstaculizada por un contexto adverso, lo que contribuye a una percepción de estancamiento y frustración. Además, el capital social, que se refiere a las redes de apoyo y relaciones interpersonales, también influye en el bienestar. La polarización de pensamientos y la fragmentación social pueden erosionar este capital, afectando negativamente la felicidad de las personas.

La preocupación por el burnout y el bienestar no solo es relevante para los individuos, sino que también está ganando terreno en la agenda de las empresas. Las organizaciones están reconociendo la importancia de la salud mental y el bienestar de sus empleados, invirtiendo en programas y políticas para abordar estos temas.

 

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