Por qué no baja el riesgo país

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Luis Varela

eleconomista.com.ar

Trabajosamente, después de un mes de julio en el que no hubo superávit fiscal (por un gran pago de la deuda heredada) y con un mes de agosto que apunta a tener dos o tres décimas de inflación más que julio (por las subas en las tarifas), la “indiscutible” idea que defiende un Presidente que no admite disidencias se está encontrando con que la emisión cero no está alcanzando para llegar al objetivo de volver a los mercados internacionales para rolear los duros vencimientos de deuda que vienen. Y el tiempo se va acortando.

Economistas de casi todo el espinel afirman que el traspié en el superávit y en la inflación será subsanado en los meses siguientes. Confían en que la lenta mejora de los salarios en blanco y el vertical crecimiento del crédito (después de que el Banco Central dejó de chupar como una esponja los pesos de los bancos) ayudarán a que 2024 posiblemente termine con los mismos niveles de actividad y consumo que hubo en el convulsionado cierre de 2023. Pero el mercado está indeciso, sigue sin creer.

Con más intervenciones (con el dólar exportador a $1.044,35, el BCRA pudo comprar en el mercado) los tipos de cambio siguieron bastante bajo control: el blue estuvo apenas para arriba, pero los dólares financieros libres volvieron a bajar.

Las acciones estuvieron con leve suba y gran volumen en la plaza local y con suba en bloque de hasta 7% para las ADR argentinos en Nueva York. Pero los bonos siguen empantanados y el riesgo país sigue en las alturas: está clavado en un poco menos de los 1.500 puntos básicos y con ese nivel nadie nos prestará un centavo.

Por supuesto, tal como sucede desde hace casi 100 días, la biblioteca de los especialistas se parte absolutamente en dos. Un lado de la tribuna dice que el tipo de cambio se está atrasando y afirma que hay que devaluar para poder acumular reservas y con eso garantizar los pagos de la deuda que caen de manera cada vez apilada a partir de 2025.

Pero en la vereda de enfrente, los economistas más entrados en canas, conocedores de la tortuosa historia argentina, advierten que devaluar no servirá para nada: eso sólo será como tomar un calmante, que llevará a una indexación generalizada, y nos dejará en poco tiempo exactamente en el mismo lugar.

La gran cuestión es que en la apertura de esta semana, a pesar de la compra de dólares en el mercado, el BCRA volvió a perder reservas por US$ 29 millones.

Varias consultoras afirman que el nivel neto de dólares que hay en Reconquista 266 está en la zona de los US$ 4.500 millones negativos, y adelantan que para diciembre ese número puede acercarse a US$ 10.000 millones negativos, es decir muy cerca del pozo de US$ 11.500 millones que dejó Sergio Massa, solo que ahora no hay súper emisión de pesos, ni controles de precios, y la inflación ya no está desbocada. El único gran problema es que los vencimientos de deuda se acercan y los dólares para pagar no estarían.

¿Malestar con el FMI?

Los que están convencidos de que la actual política económica es consistente se muestran con el ceño fruncido mirando hacia el Fondo Monetario Internacional. Afirman que con el Gobierno anterior, que aplicaba políticas disparatadas, las líneas de ayuda iban llegando, aparecían DEG como si fueran un caño de oxígeno para ir pagando compromisos, y protestan porque -después de la gran equivocación que se mandaron con Macri- técnicos del FMI dicen ahora que no habrá ni un dólar para Argentina si no devalúa.

Si se quiere, el momento es todavía más intrincado porque los mercados mundiales están a diez semanas de la elección de EE.UU.

“De un lado dicen que el tipo de cambio está retrasado; del otro que no sirve para nada devaluar”

La Fed está mirando en detalle cada indicador que aparece sobre inflación y empleo de la economía estadounidense.

A nivel local, con la estrategia de comprar los dólares que se consiguen por exportaciones a $983 y venderlos en el contado con liquidación a $1.290, el mercado cambiario local sigue dentro del pentagrama del crawling peg que orienta a los tipos de cambio con una variación del 2% mensual.

El gran problema es que como las reservas no suben, el Gobierno empezó a afirmar que vendrá una gran cantidad de dólares por el blanqueo y otro tanto por el RIGI.

 

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