En busca de la longevidad: la receta de quienes llegaron a los 100 años
Edición Impresa | 15 de Septiembre de 2024 | 09:27

La ciencia moderna busca no solo extender la vida, sino también asegurar que esos años adicionales se vivan con calidad, libres de enfermedades que limiten la autonomía. El desafío es prolongar el llamado “periodo de salud”, cuando el cuerpo y la mente siguen funcionando sin grandes problemas. Sin embargo, esta búsqueda plantea interrogantes sobre si estamos preparados para las implicaciones de vivir más tiempo, tanto desde un punto de vista social como filosófico.
Para Sharon Inouye, científica de la Facultad de Medicina de Harvard, la clave de una longevidad plena no está en la ingeniería genética ni en fármacos experimentales, sino en la prevención. Hábitos saludables como una dieta balanceada, ejercicio regular y mantener relaciones sociales pueden ser decisivos para extender la vida con buena salud. Según ella, el verdadero enfoque para envejecer bien está al alcance de todos: la prevención y el cuidado personal.
Una dieta balanceada, el ejercicio y las relaciones sociales son decisivos
Otros investigadores, como Nir Barzilai, sostienen que la genética juega un papel crucial en la longevidad. Barzilai, quien estudia a centenarios, ha encontrado que estas personas experimentan una “compresión de la morbilidad”, es decir, sufren enfermedades solo en los últimos años de vida, lo que les permite disfrutar de muchas décadas adicionales sin grandes limitaciones. Estudia un gen específico, el CETP, que regula el colesterol “bueno” y es más común entre los centenarios. La esperanza es desarrollar tratamientos que reproduzcan los efectos de este gen en la población general.
Por su parte, Matt Kaeberlein, experto en biotecnología y envejecimiento, ha investigado el uso de la rapamicina, un inmunosupresor que ha demostrado prolongar la vida de animales hasta en un 60%. A pesar de los riesgos, algunos científicos ya lo utilizan en dosis bajas, con la esperanza de que sus efectos sean positivos en humanos, aunque aún no hay pruebas concluyentes.
Lo que está claro es que no hay una fórmula única para prolongar la vida en buenas condiciones. La longevidad está influenciada por una combinación de genética, estilo de vida y factores externos. Sin embargo, hay consenso en que mantener relaciones sociales sólidas y actividades significativas es tan importante como cualquier intervención médica. Personas mayores que conservan lazos afectivos fuertes y participan en la comunidad suelen disfrutar de mejor salud física y mental.
Actividades simples como caminar, unirse a grupos o hacer voluntariado son poderosas herramientas para envejecer bien. Estos hábitos no solo mejoran la salud mental y física, sino que también generan un impacto positivo en la comunidad. Kaeberlein subraya la importancia de conocer los propios indicadores de salud desde temprano, como niveles de vitaminas o azúcar en sangre, para tomar decisiones informadas sobre el bienestar. Este enfoque, aunque menos llamativo que los avances genéticos o farmacológicos, es más accesible y efectivo para la mayoría.
En definitiva, la búsqueda de una vida más larga y saludable implica avances científicos y decisiones personales. Lo que queda por ver es hasta qué punto podemos controlar el envejecimiento y si estamos listos para enfrentar las implicaciones sociales y éticas de vivir más tiempo.
MAÑANA
❑ Despertar temprano y meditar: es recomendable una breve sesión de meditación o atención plena para calmar la mente.
❑ Ejercicio físico moderado: realizar ejercicio aeróbico o de fuerza, como caminar, nadar, practicar yoga o levantar pesas, es clave para la salud cardiovascular y muscular.
❑ Desayuno nutritivo: incluir frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables es fundamental. La dieta mediterránea puede ser una excelente opción.
MEDIODÍA
❑ Actividad mental estimulante: realizar actividades cognitivas como leer, resolver crucigramas o aprender algo nuevo.
❑ Almuerzo balanceado: consumir alimentos bajos en carbohidratos refinados y ricos en nutrientes.
❑ Interacción social: participar en actividades sociales, como caminar con amigos, unirse a un grupo de interés o hacer voluntariado, es importante. Las relaciones sociales son un factor clave para la longevidad y el bienestar mental.
TARDE
❑ Descanso breve: una siesta de 20-30 minutos ayuda a recargar energía.
❑ Actividad física leve: realizar una actividad suave, como estiramientos o una caminata al aire libre, sirve para mantenerse activo.
❑ Cena ligera: consumir una cena equilibrada que incluya grasas saludables y proteínas magras, evitando comidas pesadas. Controlar los niveles de azúcar en sangre mediante elecciones alimentarias saludables es esencial.
NOCHE
❑ Desconexión y relajación: antes de dormir, es recomendable evitar las pantallas y dedicar tiempo a la relajación. La lectura o una práctica de respiración profunda pueden ayudar a preparar el cuerpo y la mente para el descanso.
❑ Dormir bien: descansar es fundamental. Crear un ambiente propicio para el sueño, como una habitación fresca, oscura y tranquila, y mantener un horario de sueño regular ayuda a asegurar entre 7 y 8 horas de descanso de calidad.
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