Crisis Israel-Hezbolá: todavía nadie la llama guerra
Edición Impresa | 24 de Septiembre de 2024 | 01:46

Por JOSEPH KRAUSS
Israel bombardea objetivos en distintas partes del Líbano, atacando a milicianos de alto rango en Beirut y aparentemente ocultando dispositivos explosivos en bíperes y walkie-talkies. El grupo político-paramilitar Hezbolá lanza cohetes y drones al norte de Israel, incendiando edificios y automóviles.
Pero nadie lo llama guerra. Al menos no todavía.
Las autoridades israelíes dicen que no buscan una guerra con Hezbolá y que se puede evitar si el grupo armado pone fin a sus ataques y se aleja de la frontera. Hezbolá también dice que no quiere una guerra, pero que está preparado para una, y que mantendrá sus ataques contra Israel -los cuales comenzaron tras la incursión de su aliado Hamás el 7 de octubre- hasta que haya un cese del fuego en Gaza.
Israel y Hezbolá han intercambiado disparos en repetidas ocasiones desde entonces, pero la intensidad alcanzó otro nivel ayer, cuando ataques aéreos israelíes mataron a más de 490 personas, según las autoridades libanesas. Eso lo convertiría en el día más mortífero en el Líbano desde que Israel y Hezbolá entraron en guerra por última vez en 2006.
“Si alguien me hubiera dicho a mí o a la mayoría de los analistas en el verano (boreal) de 2023 que Hezbolá ataca bases israelíes en Israel, y que Israel ataca el sur del Líbano y partes del sur de Beirut, habría dicho, ‘de acuerdo, eso es una guerra a gran escala’”, comentó Andreas Krieg, analista militar del King’s College de Londres.
El término aún no se aplica al conflicto actual porque “no ha habido tropas sobre el terreno”, pero esa podría ser “la métrica equivocada”, agregó.
El diccionario Merriam-Webster define la guerra como “un estado de conflicto armado hostil generalmente abierto y declarado entre Estados o naciones”. Los académicos generalmente amplían esa definición para abarcar la violencia a gran escala que involucra a insurgentes, milicias y grupos extremistas.
Pero cualquier intento por obtener una mayor precisión resulta complicado, ya que los conflictos armados abarcan toda la gama, desde Estados que se enfrentan con tanques y aviones de combate hasta combates de menor nivel.
A veces los Estados declaran oficialmente la guerra, como lo hizo Israel después del ataque de Hamás el año pasado.
No ha hecho una declaración similar con respecto a Hezbolá, pero ha vinculado sus ataques contra el grupo armado con la guerra en Gaza, diciendo la semana pasada que permitir que decenas de miles de residentes puedan regresar de manera segura al norte del país es uno de sus objetivos en ese conflicto. El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, también habla con frecuencia de una guerra en curso con Irán y sus aliados en “siete frentes”, incluido Líbano.
Los Estados a menudo se abstienen de declarar una guerra, incluso cuando claramente están enfrascados en una. Rusia se refiere oficialmente a su invasión de Ucrania como una “operación militar especial” y ha prohibido cualquier referencia pública de una guerra. Estados Unidos no ha declarado formalmente una guerra desde la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que participó en importantes conflictos en Corea, Vietnam, Irak y Afganistán.
Parte de la razón por la que ni Israel ni Hezbolá están usando la palabra “guerra” es porque ambos esperan lograr sus objetivos sin desencadenar un conflicto más severo, o ser culpados de uno. “Aunque las tensiones van en aumento, la situación en el sur del Líbano no es la de una guerra a gran escala, ya que tanto Hezbolá como Israel esperan utilizar medios limitados para presionar el uno al otro”, dijo Lina Khatib, experta en Medio Oriente en la Chatham House, un centro de estudios con sede en Londres.
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