Desactivan una "bomba cripto" con supuestos vínculos terroristas: movían 1.800 millones de pesos
| 29 de Septiembre de 2024 | 20:06

En el marco de una operación compleja y cuidadosamente orquestada, la Policía Federal Argentina dio un golpe crucial contra una organización sospechada de financiar actividades terroristas internacionales. Esta investigación, que inició con la colaboración de varias agencias nacionales, no solo desvela las oscuras ramificaciones del crimen transnacional, sino también la sofisticación que hoy asumen las redes delictivas, en este caso a través del uso de criptoactivos.
El caso comenzó a tomar forma gracias a la alerta de la Unidad de Información Financiera (UIF), cuya investigación detalló operaciones sospechosas entre un ciudadano colombiano radicado en Córdoba y una billetera virtual vinculada a un ciudadano sirio en el Líbano, presuntamente conectado al Hezbollah, uno de los grupos más emblemáticos de las redes terroristas internacionales. La billetera en cuestión, marcada por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) de los Estados Unidos, figuraba dentro de las listas de entidades sospechosas de realizar financiamiento al terrorismo. Este hecho, por sí solo, puso en alerta a las autoridades argentinas.
El entramado financiero que se tejía entre estos actores no era lineal. Las transacciones de criptoactivos, en particular en la moneda USDT, operaban bajo capas de complejidad. La vinculación de las operaciones no era directa, sino que se hacía a través de transacciones de cuarto grado, es decir, un patrón que esconde sus huellas en múltiples niveles, pasando de una billetera a otra para desdibujar el origen del dinero. Este tipo de maniobras de "lavado" a través de activos digitales es cada vez más común en el mundo del crimen transnacional, donde las criptomonedas ofrecen un manto de anonimato y fluidez transfronteriza que las convierte en el medio perfecto para actividades ilícitas.
El volumen de dinero implicado en esta red fue otro de los factores que sorprendió a los investigadores. En el lapso de dos años, se habrían movilizado 1.800 millones de pesos a través de estas operaciones. La cifra no solo habla del alcance financiero de esta organización, sino de las posibles conexiones internacionales que podrían estar implicadas. Cuando se investiga el financiamiento del terrorismo, cada transacción tiene el potencial de estar entrelazada con movimientos que trascienden fronteras, involucrando a redes que operan en varios continentes.
Los esfuerzos del Departamento de Unidad de Investigación Antiterrorista de la Policía Federal, bajo la coordinación del Ministerio de Seguridad de la Nación, llevaron a cabo una serie de procedimientos que concluyeron en varios allanamientos en la localidad cordobesa de La Porteña y en Vila, en la provincia de Santa Fe. Estos procedimientos, que contaron con la colaboración de equipos especializados en cibercrimen y armamentos, dieron lugar a la detención de dos hombres y dos mujeres, además del secuestro de armas, municiones, dinero en criptoactivos y dispositivos electrónicos que podrían contener información crucial para desentrañar la estructura de la organización.
La detención de los involucrados y el secuestro de este material son solo el comienzo. La cantidad de información almacenada en notebooks, teléfonos celulares y cuadernos con anotaciones probablemente permita a los investigadores profundizar en las conexiones de esta red, no solo en Argentina, sino en su vinculación con actores internacionales. Las criptomonedas, que se presentan como un fenómeno relativamente nuevo, ya están demostrando ser una herramienta atractiva para organizaciones que buscan esquivar el control de las instituciones financieras tradicionales y mover dinero de manera ágil y, en teoría, indetectable.
El trabajo coordinado entre la Fiscalía Federal de San Francisco y el Juzgado Federal subrogado por el dr. Sergio Aníbal Pinto fue esencial para ejecutar estos allanamientos. En un contexto donde las jurisdicciones nacionales y las barreras territoriales pueden complicar este tipo de operaciones, la fluida cooperación entre las distintas agencias y departamentos de investigación demostró ser fundamental para asegurar el éxito de la operación. El uso de tecnología avanzada y equipos especializados en el seguimiento de criptoactivos fue clave en esta investigación, y se perfila como una de las áreas más relevantes para el combate al crimen organizado en los años venideros.
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