Se reavivó un pleito de vieja data y una fiesta terminó con 3 heridos
Edición Impresa | 13 de Octubre de 2025 | 02:04

La madrugada del sábado en un sector de Melchor Romero estuvo lejos de ser tranquila.
En una casa de 167 entre 526 y 527, un grupo de familiares se había reunido para compartir bebidas y charlas en la vereda.
La tertulia se extendió hasta entradas las dos de la mañana cuando, según contaron los presentes, “el clima se enrareció”.
Siempre en base a la versión de quienes presenciaron la escena, unos vecinos con los que los anfitriones mantenían viejos conflictos salieron a la calle y empezaron las provocaciones.
Primero fueron las palabras en reclamo por la música alta. Un grito, una respuesta más fuerte, insultos de un lado y del otro.
Enseguida surgieron los primeros empujones y, antes de que alguien pudiera separar, se desató la barbarie.
Si bien parecía que el conflicto había alcanzado su máximo nivel de violencia aún faltaba más.
Fuentes policiales indicaron que en medio del forcejeo, uno de los agresores retrocedió unos metros, metió la mano en el bolsillo y sacó un arma.
El primer disparo quebró el silencio del barrio como un trueno. Luego vinieron otros, seguidos de gritos y corridas.
Las luces de las casas vecinas se encendieron una tras otra, pero nadie se animó a salir. Solo se oían los pedidos de auxilio y los motores de las motos alejándose a toda velocidad.
Cuando todo se calmó, tres hombres yacían heridos.
Uno tenía una herida de bala en el hombro y estaba cubierto de sangre, otro se arrastraba por el piso con un disparo en la pierna, mientras que el tercero se sostenía la mano, cortada con un arma blanca.
Las botellas tiradas, las sillas volcadas y el olor a pólvora pintaban una escena de violencia desbordada.
Los familiares intentaron asistirlos mientras esperaban a la ambulancia, aunque el mayor de los heridos, mareado por la pérdida de sangre, insistía en no moverse del lugar.
Minutos después llegó la policía, alertada por llamados al 911 que hablaban de “varios disparos en la cuadra”.
Los agentes encontraron un ambiente tenso, con vecinos asomados desde las puertas y otros observando desde las sombras.
Nadie podía entender cómo había podido mutar tanto y en tan poco tiempo el clima festivo.
Los heridos fueron trasladados al hospital de Romero, donde confirmaron que estaban fuera de peligro.
Según fuentes médicas, los hombres presentaban lesiones compatibles con armas de fuego de bajo calibre y un corte superficial con arma blanca.
El más joven, de 18 años, fue dado de alta horas más tarde. Los otros dos quedaron en observación.
En el vecindario, en cambio, nadie durmió: la tensión se mantuvo durante toda la noche, con vecinos que decían haber escuchado la amenaza de que iban a volver en cuestión de horas con refuerzos y dispuestos a “limpiar” a toda la familia.
Por el momento, la policía busca imágenes de cámaras de seguridad en la zona para reconstruir el enfrentamiento.
No hubo robo ni intento de asalto, lo que refuerza la hipótesis de que se trató de una disputa personal que se desbordó.
Los investigadores apuntan a un conflicto entre familias que ya había tenido episodios previos de violencia verbal y amenazas cruzadas.
“Son problemas viejos que nunca se cortaron del todo”, confió una fuente cercana a la causa.
El hecho fue caratulado como abuso de arma y lesiones.
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