VIDEO. La verdadera historia de “Luján”, el perro peregrino que siguió a una nena y lo adoptaron
Edición Impresa | 15 de Octubre de 2025 | 03:43

“Luján” y Roma son los protagonistas de una emocionante historia. Ella, una vecina platense de 10 años y él, un cachorro callejero de 1 año. Se reunieron en un vínculo que se generó en 20 kilómetros a pie y ahora los tiene bajo el mismo techo, en familia.
Todo sucedió durante la última caminata de fieles a la Virgen de Luján. La 51° Peregrinación Juvenil del sábado 5 de octubre acercó a miles de creyentes a la Basílica de esa ciudad para agradecer, pedir y rezar. Sin embargo, en medio de una intensa muestra de devoción y fe católica, una familia de La Plata recibió la demostración de amor que cautivó a miles de personas a través de las redes sociales.
Roma, su abuela Rocío Salgado y su tía Agustina Rey, junto con Malen Suyay Torres (su mamá) y su otra tía, salieron muy temprano desde la Ciudad para bajarse en distintos puntos camino a la peregrinación. Mientras que un grupo se bajó en Merlo, otro lo hizo en General Rodríguez.
“Comenzamos a caminar con Roma y su abuela, desde Rodríguez, a las 2:45, porque es lo más cercano, y llegamos a Luján a las 7 de la mañana. Apenas empezamos el recorrido, a los 10 minutos, el perro empezó a seguirnos”, recordó Agustina Rey, tía de Roma.
Durante la larga caminata, mientras las horas pasaban y las piernas cansaban, para las 5 de la mañana, Roma, ya le había elegido el nombre de “Luján”. “Entre ellos se daban fuerzas y ver eso por lo menos a mi me daba fuerza para poder llegar”, contó Agustina.
“La gente nos preguntaba si era nuestro perro que lo habíamos traído desde La Plata y le decíamos que no, que sólo estaba caminando al lado nuestro. Me hizo sentir bien, porque hace un mes se me murió otro perrito y mi abuela me decía era el alma de Rocky”, detalló Roma.
Mientras, más atrás en la peregrinación, Suyay iba siguiendo las andanzas de su hija por el grupo de WhatsApp. “Roma ya tiene un amigo, me dijeron”.
Su conexión y fuerzas fue tanta, que ambos lograron llegar juntos a la Basílica para encontrarse con el resto del equipo. Rodeados de admiración, alegría y sorpresa de los otros peregrinos, Roma y Luján, ya eran inseparables y recibieron la bendición en la misa. “Roma me insistía para llevarlo, pero yo no sabía que decirle. No sólo porque un perro necesita cuidados de alimentación y veterinaria, sino que no sabíamos cómo trasladarlo hasta Tolosa”, agregó Suyay Torres.
Sin embargo, después de la ceremonia, “Luján” se perdió entre la multitud y la familia pensó que todo estaba perdido. “Lo buscamos pero no lo encontramos. Incluso, nos repartimos por zonas. Entonces, nos fuimos tristes al micro, pero a la media hora apareció olfateando el piso buscando a Roma. Ahí supimos que sí o sí teníamos que traerlo”, remarcó Agustina.
La vuelta milagrosa
Con los minutos corriendo, se acercaba la hora de irse, y con ella, la incertidumbre de la vuelta. Sin tener muy en claro si iban a dejar subir un perro al micro, la madre de Roma le explicaba que “por las dudas” se tenía que ir despidiendo.
Fue así, que cuando intentaron dialogar con el chofer y explicarles la historia, el conductor fue firme y dijo que “no había lugar disponible para el animal”. “Mi hija estuvo hablándole 10 minutos, pero tuvo que subir al colectivo y dejarlo atrás”, comentó la mamá.
Pero “Luján”, no iba a permitir que la separen de su nueva mejor amiga. Así que se las ingenió para subir al siguiente micro que iba para La Plata. “La abuela, las tías y yo estábamos en otro colectivo y vimos todo desde afuera. No sabíamos que hacer. Finalmente, al cabo de unos 10 minutos, el perro nos encontró y se subió solito donde estábamos nosotras. Se sentó al lado mío y cuando nos vio el chofer nos preguntó, muy amablemente, si queríamos llevarlo”, expresó Agustina. Sin dudarlo, la familia afirmó gustosa y todos viajaron hasta la Ciudad. “La gente del micro súper buena onda. Él se acostó y viajó casi 3 horas dormido y sin molestar “.
En paralelo, Roma y su mamá no sabían lo que estaba pasando y todo se convirtió en “sorpresa”. “No sabíamos nada porque yo me había quedado sin batería y mi mamá salió antes de Luján”, añadió Suyay.
Según relata Roma, el reencuentro fue por más que emocionante. “Me sentí feliz porque entré, fui para la habitación, y cuando salí estaba él. Lloré por la alegría, porque pensábamos que seguía allá, sólo”.
Ahora, pasan sus días juntos, creciendo y jugando como si “se conocieran desde antes”.
En el intento de darle algún tipo de explicación, la familia piensa que es “es el alma de Rocky”, el perrito que perdieron hace poco tiempo. “Siento que él conoce todo, no tengo que explicarle nada”, afirmó Suyay.
Asimismo, la secuencia, que fue subida a una red social, hizo emocionar a miles de personas por su particular conexión.
Nos escribió la ex dueña contándonos que se había escapado de un taller, y que en algún momento ´Luján´ tuvo una hermana caniche que se llamaba ´Roma´. Es muy loco porque definitivamente ellos tenían que estar juntos”, sumó Suyay.
Esta historia, destinada a ser, sin dudas indica que “todos los caminos conducen a Roma”.
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