Tiempos violentos: una pelea expuso la realidad de un barrio

La Plata atraviesa una preocupante escalada de violencia callejera, que parece no tener freno. En los barrios de la periferia, discusiones mínimas o, viejos conflictos personales, suelen terminar con trompadas, piedrazos y hasta disparos, que siempre logran el mismo efecto: alterar la calma de los vecinos. Qué decir cuando se cruzan dos bandas o grupos delictivos, ya que todo se potencia. Incluso los riesgos de una tragedia.

En Villa Elvira, durante la madrugada de ayer, pasó algo de eso, ya que hubo tres heridos, dos de ellos de bala, y una casa quemada, todo en un contexto de denuncias sobre la proliferación de la venta de drogas.

Los especialistas admiten que el fenómeno combina factores sociales y delictivos. En paralelo, quienes residen en el lugar reclaman más presencia policial, patrullaje efectivo y programas de prevención social.

“No alcanza con que vengan después del tiroteo -lamentan-. Necesitamos que estén antes”.

Por eso cada pelea, cada bala, es el síntoma visible de un deterioro que atraviesa las calles.

Mientras tanto, en las esquinas y pasillos de los barrios más postergados, la calma es apenas un paréntesis entre una noche y otra. Porque, como se dijo, los conflictos no cesan.

Respecto del incidente de Villa Elvira, registrado en 94 entre 12 y 13, “estalló por el enfrentamiento a trompadas entre dos mujeres”, refirió un vocero oficial.

El mismo informante aportó que viejos antagonismos barriales las mantendría enemistadas y que ambas buscaron apoyo de personas con antecedentes penales.

Por eso la pelea expuso la realidad de violencia que se respira en ese sector de la Ciudad, ya que a una andanada de piedras y un foco incendiario en la vivienda de una de las protagonistas de ese altercado inicial, sobrevino una ráfaga de disparos.

A raíz de esa virulenta respuesta, un hombre de 36 años cayó al piso con dos impactos en la zona abdominal y el hermano de 38, que tiene dos causas por homicidio, con otro en la pierna derecha.

Por eso sus propios familiares decidieron trasladarlos al hospital San Martín, donde quedaron internados en observación.

En medio de un desbande generalizado, el fuego siguió su curso, al parecer generado con bombas molotov, y afectó también a un auto Chevrolet Corsa y a una camioneta Peugeot Partner.

La Policía tuvo que intervenir por este suceso y no se la llevó de arriba, ya que hubo una lluvia de proyectiles y dos efectivos sufrieron las consecuencias.

Sin dar nombres, ni presentarse para evitar represalias, muchos residentes del sector refieren a que los canales de comercialización de drogas son conocidos, pero que continúan activos como si nada.

“Ese es el verdadero trasfondo de muchas de las cosas que pasan acá. Están infectando a los chicos con esas porquerías y los meten en un circuito del que no pueden salir más”, contó un vecino preocupado.