Milei buscó respaldo ante el CEO de JP Morgan: el encuentro con Jamie Dimon selló un mensaje a Wall Street
| 25 de Octubre de 2025 | 00:08
Camino a unas elecciones que definirán la composición del Congreso y el pulso político para los próximos dos años, Javier Milei eligió un escenario cuidadosamente planificado para reforzar su mensaje a los mercados: el Museo Nacional de Arte Decorativo, en el corazón de Palermo. Allí lo aguardaba Jamie Dimon, el poderoso CEO de JP Morgan Chase & Co., junto a una nutrida delegación de empresarios, banqueros y figuras del poder económico global.
El Presidente llegó acompañado por su ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, y por Pablo Quirno, secretario de Finanzas y canciller designado. Los tres fueron recibidos por Dimon, Facundo Gómez Minujín —presidente del banco para Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia— y Alfonso Eyzaguirre, CEO para América Latina y Canadá.
“Quisiera agradecer al equipo local de JP Morgan por realizar este encuentro y a todos los referentes y empresarios argentinos que se encuentran aquí presentes. Quiero agradecer también el apoyo del Gobierno de los Estados Unidos y los gestos hacia la Argentina por parte del presidente Trump y el Secretario Bessent”, dijo Milei al abrir su intervención, en alusión al respaldo político y financiero que busca consolidar desde Washington.
Un discurso de economía política
El Presidente pronunció un discurso breve pero cargado de contenido ideológico. “En la Argentina, históricamente se demonizó a las finanzas —señaló—. Se pretendió convencer a la población de que las finanzas y la producción son cuestiones opuestas. Pero las finanzas son una parte inseparable de la producción, dado que sin crédito no hay industria, no hay construcción, no hay agro ni ningún género de actividad productiva”.
A lo largo de su exposición, Milei defendió el rol del crédito como motor de la movilidad social y la propiedad privada como condición indispensable para la inversión. “El crédito es quizás el mejor instrumento de movilización social que existe. Y por eso es tan importante el respeto a los derechos de propiedad: si no hay respeto, no hay inversión ni ahorro”, sostuvo, diferenciándose de “la izquierda”, a la que acusó de “oponerse al crédito porque atenta contra la coacción, su forma de poder favorita”.
El mandatario combinó teoría económica con autovaloración de gestión. Recordó la herencia inflacionaria “de casi 250 % anual” y elogió a su ministro Caputo: “Emitir 13 puntos del PBI en un año no puede terminar bien, salvo que aparezca un cisne negro, el primer presidente liberal libertario, y se rodee de un gigante como Toto Caputo y todo su equipo, que nos salvaron de una catástrofe”.
Señales a los mercados
El encuentro no fue sólo simbólico. Formó parte de la estrategia del Gobierno para exhibir orden fiscal, solvencia y previsibilidad ante los principales actores financieros globales. “Nosotros aseguramos la solvencia intertemporal desde el primer mes de gestión con el déficit cero”, recordó Milei.
También destacó anuncios de inversión, entre ellos el acuerdo entre YPF, EY y el proyecto Stargate de OpenAI, que prevé un desembolso millonario. “Es sólo el comienzo”, prometió.
De cara al futuro inmediato, anticipó: “A partir de diciembre, confiamos en que con un Congreso más reformista podremos avanzar en las transformaciones que el país necesita. Arrancamos con el 10% del Senado y el 15% de Diputados y, aun así, hicimos diez mil reformas estructurales. Imaginen todo lo que podremos hacer con un Congreso mejor”.
El mensaje, leído por varios asistentes, fue doble: tranquilizar a los mercados y mostrar a Estados Unidos que la Casa Rosada continúa en la senda promercado, una condición que Washington —y el FMI— exigen para liberar nuevas líneas de apoyo financiero.
El clima en el Museo Decorativo
El encuentro cerró la convención anual del JP Morgan en Argentina, que congregó a 180 empresarios, banqueros y diplomáticos. La velada incluyó un menú gourmet —burrata con jamón crudo y pescado con puré— y una conversación a puertas cerradas. Milei se retiró bajo una llovizna pasadas las 20, tras haber compartido mesa con el círculo más influyente del poder económico local.
Entre los presentes estuvieron Marcelo Mindlin (Pampa Energía), Eduardo Escasany (Grupo Financiero Galicia), Mariano Bosch (Adecoagro), Horacio Marín (YPF), Alejandro y Marcos Bulgheroni (Pan American Energy), Hugo y Martín Eurnekian (Corporación América), Federico Braun (La Anónima), Martin Migoya (Globant), Armando Loson (Albanesi), Guillermo Cerviño (Comafi), Bernardo Andrews (Genneia), Manuel Santos Uribelarrea (MSU Energy), Pierpaolo Barbieri (Ualá) y Juan Pablo Bagó (Laboratorios Bagó).
Desde el exterior asistieron figuras del peso pesado regional: Amin Nasser (Saudi Aramco), Marcelo Noronha y Luiz Carlos Trabuco Cappi (Bradesco), Tarciana Medeiros (Banco do Brasil), Guilherme Johannpeter (Gerdau), Carlos de Moraes Toledo Neto (Aurok), Iván Arriagada (Antofagasta Minerals), Eduardo Chadwick y Bernardo Larraín (Colbún), Enrique Ostalé (Falabella), Jorge Rojas Mota Velasco y Luis Cervantes Legorreta (General Atlantic), Stanley Motta (Copa Holdings) y Eduardo Hochschild (Hochschild Mining).
Reuniones paralelas
La cumbre se dio mientras el Gobierno avanza en gestiones con JP Morgan y el Tesoro de Estados Unidos para estructurar un paquete de apoyo financiero por USD 20.000 millones, que se sumaría al swap de igual monto firmado con Washington.
Horas antes del encuentro, Dimon y Caputo mantuvieron una reunión privada de la que no trascendieron detalles, aunque se supo que abordaron la recompra de deuda soberana en moneda extranjera, en la que el banco estadounidense colaborará con la Argentina y con participación de organismos internacionales.
El Gobierno busca estabilizar el frente cambiario tras semanas de alta volatilidad, con el objetivo de asegurar liquidez y reforzar reservas. Para eso, necesita la confianza de los grandes fondos y bancos que dominan el flujo de capitales global.
El banquero más poderoso del mundo
Jamie Dimon, nacido en Nueva York en 1956, es considerado el banquero más influyente del planeta. Formado en Tufts University y en la Harvard Business School, inició su carrera en American Express y luego trabajó junto a Sandy Weill en Travelers Group y Citigroup. En 2005 asumió como CEO de JP Morgan Chase y desde entonces condujo a la entidad a superar con solidez la crisis financiera de 2008, expandir operaciones y consolidarse como el mayor banco de Estados Unidos.
Su presencia en Buenos Aires fue interpretada como un gesto político y económico de alto nivel, en momentos en que la Argentina busca volver al radar de los grandes inversores institucionales.
El poder global de visita en Buenos Aires
La semana del JP Morgan Forum 2025 transformó a Buenos Aires en una inusual capital financiera. En paralelo al encuentro con Milei, Dimon encabezó un cóctel exclusivo en el Teatro Colón, acompañado por dos figuras internacionales de peso: Tony Blair, ex primer ministro del Reino Unido y actual jefe del Consejo del JP Morgan, y Condoleezza Rice, ex secretaria de Estado de Estados Unidos durante el gobierno de George W. Bush.
También participaron Mauricio Macri, Marcos Galperín, Eduardo Elsztain y el empresario emiratí Khaldoon Al Mubarak, integrante del gobierno de los Emiratos Árabes Unidos.
En representación de la entidad estuvieron Daniel Pinto (vicepresidente global de JP Morgan), Ángela Hurtado, Lisandro Miguens, Felipe García Moreno, Andrés Errázuriz y Cassiana Fernández, todos responsables de operaciones regionales.
Por parte del Gobierno argentino asistieron además Vladimir Werning, vicepresidente del Banco Central, y José Luis Daza, secretario de Programación Económica, ambos con pasado en la banca de inversión.
El mensaje detrás de la foto
Más allá de las imágenes de cortesía y los menús de gala, el encuentro entre Milei y Dimon simbolizó algo mayor: el intento del Gobierno de alinear la política económica argentina con el corazón del sistema financiero internacional, mostrando compromiso con la disciplina fiscal, la apertura de mercados y la atracción de capitales.
Con Estados Unidos como interlocutor principal y JP Morgan como puente visible, Milei busca consolidar un nuevo eje de confianza tras un semestre marcado por la inestabilidad financiera y las dudas sobre la sustentabilidad del ajuste.
El mensaje fue claro: Argentina quiere jugar dentro del sistema, y su presidente eligió enviar esa señal no desde el Congreso, sino desde la mesa de los grandes bancos del mundo.
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