Caras conocidas, nuevas tensiones, la presión externa y los desafíos clave a atender
Edición Impresa | 26 de Octubre de 2025 | 03:49
Sea cual sea el resultado, es muy posible que haya grandes sorpresas. En principio, porque no hay caras nuevas: puede haber nuevos partidos, pero los dirigentes son los mismos. Los libertarios, para armar una fuerza nacional, han convocado a punteros que en el pasado actuaron en otras fuerzas o a “personalidades públicas” por su presencia en canales de televisión o incluso en concursos de belleza.
No ha habido renovación de rostros y, en muchos casos, ni siquiera de fórmulas para enfrentar las campañas electorales. Muchos siguen aferrados a propuestas que se plantearon hace 50 años, o como el presidente Milei, que evoca a un autor del siglo XIX.
Aprovechar la guerra comercial
Entre las antigüedades, merece señalarse el llamado “resistir al imperialismo”. Es algo pasado de moda: según dos encuestas entre menores de 35 años, cuando se les pregunta: “¿En qué país desea desarrollar su trabajo o estudiar?”, alrededor del 50% responde Estados Unidos. La aspiración del “viaje a Europa” que durante años prevaleció en la élite argentina ha sido reemplazada por la visita a New York en el mejor de los casos o simplemente a Miami. Por supuesto, los informados saben que, como se dice en Washington, “no hay almuerzo gratis” (There’s no such thing as a free lunch). Es decir, se supone que habrá que discutir y negociar las condiciones que los bancos y el gobierno norteamericano impondrán para efectivizar créditos e inversiones, dado los antecedentes del estado argentino que se declaró insolvente demasiadas veces.
Es el tiempo de aprovechar la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Hasta ahora, la Argentina se había inclinado hacia las empresas de Pekín e incluso permitió la instalación de una “base científica” en la Patagonia, la que se derivó la facultad de juzgar a quien cometiera un delito en el exterior con tribunales chinos.
Abrir la puerta a la competencia de empresas norteamericanas con las chinas es sacar el máximo provecho del enfrentamiento entre las dos superpotencias, aunque la Argentina tiene una larga historia de antinorteamericanismo, actitud que culminó durante la Segunda Guerra Mundial, cuando en la práctica apoyó a las potencias del Eje y, luego de su derrota, protegió al generalísimo Francisco Franco, a quien los “aliados” habían cercado y necesitaba ayuda. Desde Buenos Aires se le enviaron alimentos sin cargo.
Realmente no se sabe si han tenido alguna influencia los proyectos de préstamos, swaps e inversiones anunciados en las últimas semanas, de manera que es un factor cuya incidencia se desconoce.
El partido de los gobernadores
Este domingo debuta el partido de los gobernadores (Provincias Unidas). Aunque esta denominación sólo participa en los comicios de 8 distritos pero se le pueden sumar algunos aliados, como en la Ciudad de Buenos Aires, en que “Ciudadanos Unidos” ha expresado claramente su afinidad con los 5 gobernadores que fundaron el partido. De ellos dependió hasta qué punto la nacionalización de la temática de las campañas electorales puede debilitarlos, ya que partieron como una expresión del interior del país y exigiendo respeto del estado nacional por las provincias. Además la polarización que en Argentina suele plantearse como una disputa binaria que excluye a los demás siempre ha dificultado a los terceros partidos, salvo en casos muy especiales como los Sapag y su movimiento neuquino.
El ausentismo
El ausentismo es otro fenómeno que se ha ido acentuando motivando por el desinterés ciudadano ante la ausencia de líderes carismáticos o propuestas esperanzadoras.
Cualquier sea la sorpresa que depara el resultado de los comicios seguramente el presidente Milei deberá atender a un sugerencia que desde el inicio le hizo el Fondo Monetario Internacional: “Encarar los problemas sociales” y que hoy se profundiza con el agregado que han hecho los norteamericanos de que para hacer las reformas estructurales necesita el apoyo de una gran coalición. Días pasados el ministro de economía aceptó que habían descartado a los gobernadores atendiendo justamente a las sugerencias de los organismos internacionales y los banqueros. Sería el gran cambio y una vuelta a la realidad sobre el poderío político de los libertarios. Parece inconcebible que hasta ahora no hubiera reparado el hecho que los llevó a sucesivas derrotas en el Congreso Nacional. Rechazaron toda sugerencia de la oposición dialoguista y hasta agraviaron aliados y a políticos que coinciden en muchos aspectos con ellos. La Presidencia la Nación en la Argentina no es el poder, no solo por las cláusulas constitucionales, sino por la realidad que no hay un partido mayoritario, sí en todo caso se puede hablar de primera minoría. Aceptar la situación es una condición mínima para poder desarrollar cualquier plan.
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