Contradicciones y “engaños” en la crónica de una renuncia anunciada
Edición Impresa | 6 de Octubre de 2025 | 01:44

La baja de la candidatura de José Luis Espert como candidato a diputado nacional de La Libertad Avanza (LLA) por la provincia de Buenos Aires es la crónica de una renuncia anunciada. La historia de una trama que incluye varias contradicciones, giro de versiones y aparentes “engaños” para ajustar el relato de los hechos a medida que se sucedían en los medios y en la Justicia acusaciones por su vínculo con el empresario Federico “Fred” Machado, que colaboró con su campaña presidencial de 2019 y dos años después quedó detenido por una causa de narcotráfico, fraude y lavado que tramita en los tribunales de Estados Unidos.
Fue con la detención de Machado en 2021 que los reflectores empezaron a apuntar a Espert, con una denuncia puntual de un particular que pidió investigar si Machado había financiado al libertario para la campaña de 2019. La acusación era muy general y se concentraba, sobre todo, en los vuelos del candidato en el avión privado del empresario. Por ejemplo a Viedma: “Ese viaje fue toda, toda, toda mi relación con el señor Federico Machado”, decía Espert en 2021 y lo mismo repetiría hasta hace pocos días, con la reactivación del caso a partir de una denuncia del candidato peronista Juan Grabois.
Esa presentación, radicada el 26 de septiembre en la justicia de San Isidro, tomó como insumos un informe periodístico y un registro contable oficial del Bank of America detallando una supuesta transferencia del 20 de enero de 2020 de Machado a Espert por 200.000 dólares.
Dos días después de esta nueva acusación, Espert insistió en su defensa en una entrevista televisiva y negó: “Vuelven otra vez con esta historia. En enero o febrero de 2019 yo le agradecí (a Machado) porque me llevó en su avión a Viedma a presentar mi libro. Imagínese que si yo hubiera sabido quién era esta persona no le hubiera agradecido a los cuatro vientos. Campaña sucia”.
Pero, mientras Milei lo defendía públicamente, la presión interna crecía en el Gobierno y una ministra de peso como Patricia Bullrich salió a exigirle que diera explicaciones convincentes. Algo que, a su manera, empezó a hacer de forma zigzagueante en un raid mediático en el que lo que desmentía (o decía desconocer) el miércoles en un canal de televisión lo admitía como si nada el sábado en un estudio de radio.
Hasta el jueves pasado, Espert nunca había reconocido haber recibido pago alguno de Machado. Aseguraba que todo lo que había percibido de él era el mentado vuelo a Viedma. Sin embargo el jueves, cuando el escándalo escalaba y buena parte del gabinete le pedía a Milei que le soltara la mano, el diputado difundió un video de urgencia de poco más de seis minutos que grabó en las oficinas de Santiago Caputo.
Allí admitió por primera vez el cobro de US$200.000 y argumentó que fue como pago por un trabajo que hizo como economista para una mina de Guatemala “vinculada” a Machado.
Contó que en una reunión de “mediados de 2019″ le había advertido a una persona de la empresa minera que iba a tener que esperar a que terminara el proceso electoral para cumplir con esa contratación.
El sábado cambió esa versión. En una entrevista radial en la que rompió en llanto varias veces aseguró directamente que la minera era propiedad de Machado y que con él había firmado el contrato de trabajo “en 2019”. Dijo además que eso fue “antes de ser candidato a presidente”, de lo que se deduce una diferencia de casi un año entre una y otra explicación.
La mina aludida es Minas del Pueblo, que habría sido parte de la estructura delictiva de Machado y su socia Debra Mercer-Erwin, condenada a 16 años de prisión.
Por otro lado, tampoco está claro cuántos desembolsos incluía el plan original de Espert y Machado por la minera guatemalteca. Según versiones periodísticas, los US$200 mil dólares fueron el adelanto de un contrato por un millón de dólares. Espert afirmó el sábado que todo cambió cuando supo que Machado “era narco” y entonces decidió “no agarrarle un mango más”, con lo que pareció insinuar que había otros pagos comprometidos. En tanto que en el video que grabó el jueves, Espert primero habló de “un pago”, pero también usó el plural “los pagos”.
En el relato del excandidato cambió también la cantidad de vuelos que dijo haber hecho en el avión de Machado. De asegurar en 2021 que todo se reducía a aquel único viaje a Viedma en 2019, el sábado reconoció que “en total fueron 35 vuelos, entre ida y vuelta, alrededor de 17 viajes a destinos diferentes”.
Según consta en la causa que investiga el presunto financiamiento de Machado a Espert, los vuelos fueron 36 a distintas provincias argentinas. Pero el sábado el ahora excandidato admitió como al pasar un viaje al exterior.
Otro punto ciego del relato alude a la camioneta negra blindada que supo trasladar a Espert en la campaña 2019, que en teoría le pertenecía a Fred Machado y en la que el candidato sufrió un ataque (no se sabe si de balas o piedras) el 7 de agosto de aquel año. Consultado sobre eso, Espert dijo en televisión que no tenía “ni idea” de que los vehículos fueran del empresario, pero el sábado abundó sobre los aportes de campaña de Machado: “Sólo fueron avión y autos, los vehículos” y sobre el vehículo blindado respondió: “Uno, uno, si no me equivoco, ya no me acuerdo”.
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