Más de un millón de argentinos viven con diabetes y no lo saben

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Además de ser una enfermedad con serias consecuencias cuando no se la trata, la diabetes es, sobre todo, una enfermedad subdiagnosticada: en la Argentina, más de uno de cada diez adultos vive con esta condición, pero casi un tercio lo desconoce. Eso equivale a más de 1,2 millones de personas que transitan su vida sin saber que sus niveles de azúcar en sangre están por encima de lo normal y que, con el tiempo, ese descontrol puede desembocar en complicaciones severas.

Es así que el diagnóstico suele llegar tarde: hasta siete años después del inicio de la enfermedad. Para entonces, cerca de uno de cada cuatro pacientes ya presenta daños vasculares que podrían haberse evitado con una detección temprana.

La situación no es exclusiva de la Argentina. En toda América del Sur, la diabetes triplicó su prevalencia desde 1990 y afecta actualmente a 112 millones de adultos, según la Organización Panamericana de la Salud.

El panorama se agrava por el avance de la obesidad infantil y el sedentarismo. En la región, 16% de los niños y 19% de los adolescentes tienen obesidad; en la Argentina, la cifra trepa al 40% en menores. A esto se suma que el 81% de los adolescentes no realiza suficiente actividad física, un combo que empuja a más jóvenes hacia la diabetes tipo 2, hasta hace poco considerada una enfermedad de adultos.

En el marco del Día Mundial de la Diabetes, fecha que se conmemora hoy, endocrinólogos y especialistas latinoamericanos hicieron un llamado urgente a reforzar los chequeos y a desterrar mitos.

Desde la Sociedad Argentina de Diabetes, la doctra María Gabriela Rovira enfatizó el hecho de que una alimentación adecuada, actividad física regular, medicación según indicación médica y controles periódicos son la base para evitar o retrasar complicaciones como infarto, ACV, daño renal, lesiones en la retina y amputaciones.

Las opciones terapéuticas se ampliaron en los últimos años: además de los fármacos orales, existen insulinas modernas y análogos de GLP-1 que permiten ajustar el tratamiento a las necesidades individuales. Pero para que funcionen, advierten los expertos, la adherencia es fundamental.

“Aún circulan muchos mitos que afectan el pronóstico y retrasan el tratamiento. Se necesita información basada en evidencia y educación continua para promover hábitos saludables”, sostuvo la doctora Liliana Silva Gómez, directora médica del área cardiometabólica de Sanofi, quien advirtió del alto impacto del subdiagnostico en el sistema de salud.

Un estudio argentino reciente estimó que tratar a una persona con diabetes cuesta alrededor de US$1.800 por año, pero abordar las complicaciones puede multiplicar ese gasto: un infarto puede costar hasta nueve veces más; un ACV, hasta 47 veces; y la insuficiencia renal avanzada, casi ocho veces. A esto se suman los costos indirectos: ausentismo laboral, discapacidad y la sobrecarga familiar.

 

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