Un brutal paso más de violencia escolar, con varias personas golpeadas
Edición Impresa | 15 de Noviembre de 2025 | 02:48
La brutal paliza que un grupo de padres y de alumnos le dio al personal docente y a directivos de la Escuela Primaria Nº 80 del barrio Savoia, en City Bell, que derivó en la necesidad de hospitalizar a la directora del establecimiento, debe ser primeramente considerada como una acción delictiva, que obliga a las autoridades de Educación a formular la denuncia penal correspondiente.
La gravedad del ataque no demanda en forma inicial prestarle atención a cuestiones educativas, sociales, familiares o de otra índole que, por supuesto, merecen ser analizadas en profundidad. Sin embargo, de lo que se trata en forma prioritaria es de atender a la inmediata necesidad de identificar a los atacantes y denunciarlos ante la Justicia. La directora hospitalizada recibió un duro puntapié en una pierna en la que sufre de várices y ello derivó en una lesión seria, tal como se informó en este diario.
Desde la comunidad educativa se informó a EL DIA que, durante el segundo recreo de la mañana, se enfrentaron a golpes dos alumnos y una alumna. Ese fue apenas el comienzo de una jornada violenta. En esa secuencia, tuvo que intervenir personal auxiliar y docentes con el propósito de separarlos y poner paños fríos. “Era imposible apartarlos por el grado de violencia que tenían. Auxiliares y maestros trataron de que se calmaran, pero terminaron ligando golpes”, aseguraron.
En ese contexto, las autoridades de la escuela tomaron la decisión de llamar a los padres de los estudiantes envueltos en el pleito para que los pasaran a retirar. Sin embargo, llegado ese momento, que implicaba poner de manifiesto lo ocurrido y expresar la preocupación por la creciente violencia, los estudiantes —que todavía estaban con la euforia elevada— y sus padres se opusieron a los razonamientos de los maestros y arremetieron contra ellos. También increparon a la directora.
“Los atacaron a trompadas, a patadas, incluso los agarraron de los pelos. A la directora le dieron una patada en la pierna y la hicieron sangrar, ya que le impactaron justo en una várice”. Por este motivo, quien comanda el equipo directivo debió recibir más tarde asistencia médica en un hospital porque “le provocaron una herida en una zona delicada de la pierna”.
No hace falta reseñar mucho más. Si poner de relieve la actitud irracional de un grupo de padres que, en lugar de escuchar y, desde luego, respaldar a los docentes porque para eso están las escuelas, no sólo para aprender a leer, escribir, sumar y restar, sino para que los chicos aprendan que en la vida existen límites y principios de autoridad que deben ser respetados. Si los padres se convierten en revoltosos, entonces, no quedaría otro camino que apartarlos –a ellos y a sus hijos- de la comunidad educativa, en la que no merecen estar.
En cuanto al rol de los padres, los especialistas advierten en forma reiterada sobre la creciente naturalización en muchos de ellos de la violencia y de su escasa comprensión sobre las responsabilidades que les tocan y apuntaron a esos padres como grandes -sino los principales- responsables del fenómeno.
Está claro que si se habla de situaciones que se presentan en las escuelas, son las autoridades educativas las que debieran velar en primera instancia para impedir que se presenten con tanta frecuencia, desnaturalizando la función formativa que le incumbe al sistema educativo. Ha primado, pese a las advertencias, una política permisiva y demagógica, cuyos resultados están a la vista.
Además, en varios de los muchos casos muy violentos que se registran en las escuelas platenses, pareciera que algunas autoridades con incumbencia en el tema prefieren ignorar esta realidad, como supuesto “método” para encarar el problema. Si semejante rumbo se impusiera, esto agravaría mucho más las cosas y quedarían pocas salidas para evitar un colapso.
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