“Las corrientes”: fuga y misterio
Edición Impresa | 17 de Noviembre de 2025 | 00:58
El enigma que abre “Las corrientes” lo protagoniza una mujer que, tras recibir un premio que parece prestigioso, lo lanza a la basura y se lanza a la calle, antes de lanzarse hacia un río que parece helado. Cuando vuelve a Buenos Aires, no dice nada del hecho.
Milagros Mumenthaler tampoco lo sabe: lo va descubriendo con su protagonista a medida que avanza una película entre el drama introspectivo y el thriller: proyectada en San Sebastián, Toronto y Nueva York, se puede ver esta semana en el Cinema Rocha de La Plata, se verá gratis el miércoles a las 21.30 en el Pasaje Dardo Rocha, en el marco del Fesaalp, y desde el jueves se proyectará en el Cine Select.
La película nació en esas callecitas que recorre la protagonista, Lina (Isabel Aimé González Sola) antes de lanzarse al agua: en Ginebra. Mumenthaler se crió en la ciudad suiza, “y vuelvo seguido, tengo familia”, cuenta, en diálogo con EL DIA. “Un día, paseando, imaginé una mujer que se tiraba al agua helada en pleno invierno: esa imagen perduró en mí durante mucho tiempo, y me iba haciendo preguntas. ¿Quién era esa mujer, tiene familia, vive ahí, fue un acto consciente o inconsciente?”
Así se fue construyendo Catalina, una estilista de gran éxito y una vida envidiable: familia ideal, confort, glamour. En ese mundo le dicen Lina, pero cuando vuelve a los lugares donde se crió, la llaman Cata: un desdoblamiento que brinda pistas sobre aquel salto, aquel intento de fuga.
“Tenía ganas de abordar a un personaje desplazado, que viene de un lugar y huye de ese lugar de pertenencia, por necesidad vital, y que intenta pertenecer, ser parte, de otro lugar, de otra clase socioeconómica”, explica la cineasta de “Abrir puertas y ventanas” y “La idea de un lago”. “Hay un esfuerzo constante que pesa sobre ese personaje que intenta pertenecer, a través de la apariencia, pero donde todo implica un esfuerzo: más allá de ciertas fortalezas, va forjando una fragilidad en su interior. Va construyendo capas, parece tener una vida deseada por muchos, pero algo no va”. En la mirada de Lina, en su cuerpo que se brota, se pueden sentir esos mandatos que pesan sobre las mujeres: Lina cumple con todos, “y sin embargo hay en ella algo que no se alinea”.
Pero como acompañamos a Lina, solo podemos intuir lo que le pasa a Lina, algo alunada, sonámbula, como un fantasma en una de Hitchcock: “No es una película que se inscribe en el thriller, pero hay algo de eso: sentía que el personaje pedía eso”, explica la directora. “Uno como espectador está todo el tiempo con ella, en su mirada, en sus respiraciones, en lo que escucha, y ella está en una especie de deriva, su cuerpo se disocia de su mente y le hace hacer un gesto que la pone en peligro. Como ella no tiene respuestas concretas, hay algo imprevisible en su accionar, todo puede pasar: y uno va con ella, conociendo con ella su entorno, sus pensamientos. Ella misma no sabe, y uno la acompaña a ella”.
“Quería abordar a un personaje desplazado, que viene de un lugar e intenta pertenecer a otro lugar, a otra clase socioeconómica”
Milagros Mumenthaler,
directora de “Las corrientes”
“Es”, agrega, “un poco el misterio de todas las personas. Todos somos medio misteriosos”.
- Hoy hay poco lugar para el misterio en el cine, en la pantalla todo aparece un poco masticado. ¿Buscabas hacer una película cargada de misterio y ambigüedad en respuesta a esos tiempos?
- Yo no soy una espectadora que necesita entender todo, me gusta zambullirme en un lugar, no me molesta estar en una zona pantanosa. Es cierto que al espectador hoy le cuesta estar en esas zonas más incómodas. Pero no fue una decisión consciente. Mis guiones en general tienen una impronta muy visual, muy sonora, y creo que es algo de sentido común no forzar informaciones, y no traicionar a un personaje. Entonces se da naturalmente.
- ¿Y cómo es hacer ese tipo de cine en Argentina, mientras el INCAA que nadie mira cine nacional, que no genera interés?
- Bueno… creo que de alguna manera son trabajos distintos. Yo hago este tipo de cine, pero una puede pensar en hacer una película que tenga éxito comercial, y tomar ciertas decisiones de casting, y tener elementos que se piden, narraciones que funcionan hoy en día… Esa es una forma de hacer. Yo nunca me planteé hacer ese tipo de cine. Tampoco sé si sabría. Pero en el cine, como cualquier arte, hay lugar para todos. Creo que el problema real es de exhibición, la película se ha visto en festivales en todos lados, hay algo de la película que conecta, pero es difícil encontrar acá los espacios, instalar un interés, cuando una no tiene promoción más allá de la que una pueda hacer a pulmón. Y a veces hay un cierto prejuicio sobre ciertas películas, que se dicen intelectuales y son todo menos intelectuales: no siempre una película es más exigente que otra para el espectador solo porque sea independiente.
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