Se deshilacha sin pausa y la continuidad del Barba cotiza a su valor más bajo
Edición Impresa | 17 de Noviembre de 2025 | 02:59
Por MARTIN MENDINUETA
Su expresión desanima y preocupa en cantidades insalubres para cualquier hincha. Si bien en el segundo tiempo salió a jugar con un nivel de intensidad que no había mostrado en el primer capítulo, el semblante general del León a nadie conforma.
Desnudo de líderes futbolísticos (que no es lo mismo que contar con buenos jugadores) y carente de un delantero de área que genere preocupación en los defensores rivales, la criatura tutelada por Eduardo Domínguez hace rato que dejó de ser el que fue.
Argentinos Juniors, con la conducción impecable del binomio Fattori-Lescano, jugó mejor mostrando una idea sostenida con argumentos sencillos de apreciar.
la pronunciada caída empezó hace rato e involucra a muchos
¿Qué le pasa a Ascacibar? ¿Por qué bajó tanto su rendimiento? ¿Fue la venta que no se realizó lo que tanto afectó a Tiago Palacios? Preguntas parecidas pueden involucrar también a la mayoría de los defensores.
La brusca caída empezó hace bastante y el triunfo de Boca en UNO le hizo mucho daño.
La presencia de Lucas Alario en el banco de suplentes hasta el minuto 38 del complemento, con el León necesitando un centrodelantero referencial, demostró, una vez más, que el técnico nunca confió demasiado en lo que podían aportar muchos de los que llegaron como figuras de jerarquía.
No haber sumado en los últimos tres partidos habla por sí mismo. El ciclo se ha deshilachado sin pausa y, más allá de que tendrá que esperar varios resultados de hoy, la continuidad del “Barba” asoma como escenario poco probable.
Débil en la defensa y sin creatividad ni potencia de ataque, la primera etapa del León fue frustrante
El primer tiempo ante Tigre y el de anoche ratificaron el rasgo determinante en tan penosa coyuntura: Jugó sin “hambre”.
Aquel brillante desempeño en UNO durante la revancha ante Flamengo por la Copa Libertadores quedará como el mejor recuerdo antes de tan pronunciado bajón.
¿Por qué no volvió a jugar con esa determinación tan elogiable?
¿Acaso sólo lo movilizó la vidriera más cotizada del continente? Todo lo que hizo después fue de menor entidad.
Más allá de lo que suceda con su clasificación o no a los octavos de final del torneo Clausura, hoy gobierna el desencanto y las voces que antes eran de contundente apoyo al entrenador han perdido fuerza; exactamente lo mismo que sucedió con el equipo.
El fútbol da para todo y suele aglutinar las más variadas explicaciones ; pero nadie tiene dudas en subrayar que el poderío albirrojo ha descendido drásticamente.
Defender mal, que el rival se convierta rápidamente en propietario del mediocampo y, como si esto fuera poco, atacar dependiendo de que fluya algún rayo de inspiración individual, lo convirtió anoche en justo perdedor.
Sebastián Verón, que probablemente se exprese mediante las decisiones que vaya tomando, hace rato que tiene su diagnóstico sobre lo que viene sucediendo ; sólo esperará el momento indicado para comunicar el nuevo orden.
Las llegadas de Alario, Funes Mori, Piovi y Farías salieron muy mal.
Los que eligieron a esos refuerzos debieran ser autocríticos. Domínguez no puede permitir que su equipo reaccione tarde, y los máximos referentes tendrán que reconocer que no están a la altura de lo que demanda la historia del club. La hora es difícil y tendrá que tomar fuertes decisiones.
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