Escándalo diplomático por un bebé gorila

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La decisión de Turquía de quedarse con un bebé gorila africano rescatado del tráfico ilegal “no tiene ninguna lógica”, declaró la directora de un santuario de fauna silvestre nigeriano que se preparaba para acogerlo antes de reintroducirlo en su hábitat.

El primate tenía cinco meses de edad cuando fue hallado a finales de diciembre pasado en la bodega de un avión que viajaba de Nigeria a Tailandia, y Ankara pensaba enviarlo de regreso al país africano, que lo reclamaba.

Pero la Dirección de Protección de la Naturaleza y Parques Nacionales de Turquía, encargada de velar por su destino, explicó que los análisis genéticos revelaron que Zeytin pertenece a una especie no autóctona de Nigeria. Por ello, los responsables turcos decidieron que Zeytin permanecerá en un zoológico en el país y no será enviado a Nigeria.

La Fundación Pandrillus de Nigeria se preparaba para acoger a Zeytin junto con otro gorila joven de la misma subespecie antes de enviar a la pareja a un santuario en su hábitat natural en África Central.

“Estamos muy decepcionados. Lo que está haciendo el gobierno turco no tiene ninguna lógica”, declaró la directora de la Fundación Pandrillus, Liza Gadsby.

“Y si Turquía no quiere enviarlo a Nigeria, sino directamente a un santuario de gorilas, está bien. Pero deben hacer lo que sea necesario por este animal”, añadió.

Según Traffic, una ONG británica especializada en la protección de la fauna salvaje, el comercio de bebés de grandes simios está en aumento.

Cada vez más compradores buscan convertirlos en mascotas o utilizarlos en zoológicos, circos, espectáculos o en redes sociales.

Los bebés gorilas son particularmente codiciados “por ser muy manejables y fáciles de transportar”, subraya Traffic.

 

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