Villa Elisa ya tiene una sala de lectura junto al arroyo Carnaval
Edición Impresa | 26 de Noviembre de 2025 | 02:48
A la vera del arroyo Carnaval, sobre la intersección del Camino Centenario con la calle 426, junto a la plaza del Barrio Dumont, Villa Elisa ya tiene la denominada “biblioteca libre”.
Se trata de un paseo natural con un banco y un dispensario de libros con forma de “garza”, donde se encuentran obras de distintos géneros y para todas las edades -como “El Aleph” de Jorge Luis Borges o “Las Aventuras de Sherlock Holmes” -. Quien se interesa, puede sentarse, leer, tomar mate y observar la cantidad de pájaros que habitan en la zona.
“La idea fue de Franco Durante, profesor de arte de la Escuela Técnica Nº 2 y de la Escuela Nº 88 de la localidad. Es un trabajo que armó con sus alumnos para visibilizar los arroyos de la zona”, explicó María Elena Guinde, vicepresidenta de la Biblioteca Popular Alejo Iglesias.
La idea reunió voluntades en varias instituciones, entre las que se cuenta la Asamblea Vecinal de Villa Elisa.
También hay un espacio para hacer dibujos de aves y una caja de madera con tapa de vidrio, que permite poner una hoja de árbol debajo de un dibujo y luego de tres días de sol, por la clorofila, queda impreso.
Sobre el funcionamiento de la “biblioteca libre”, Guinde explicó que los visitantes se pueden llevar un libro, dejar otro o simplemente leerlo en el lugar. “Cada dos o tres días los reponemos”, señaló.
La propuesta también busca promover la conexión con la naturaleza, para “tratar de alejar a grandes y chicos de la tecnología, que nos viene avasallando”, resaltó.
siembra de libros
La iniciativa se suma a otras actividades que la biblioteca viene impulsando hace tiempo para estimular el hábito de la lectura.
“Participamos de ‘la siembra de libros’, con la que en cada cambio de estación promovemos el acceso gratuito al libro dejando ejemplares en la estación de tren, en la avenida Arana y en la plaza, para que los libros circulen y se compartan”, señaló la vicepresidenta de la biblioteca.
La institución también impulsa un proyecto por el cual los vecinos pueden llevarse libros de los canastos, que se dejan en la puerta de la biblioteca.
“El propósito es que los libros sigan viajando, que pasen de mano en mano, que lleguen a quien los necesite”, indicó Guinde.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE