Un árbitro obligado a un curso para moderar impulsos

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Arián González, que supo ser árbitro de fútbol, fue protagonista de un violento episodio en el año 2021, cuando en el palier de un edificio ubicado en la calle 7 entre 56 y 57 le pegó varias patadas a “Mía”, la perrita de la novia, que había vuelto a su departamento en busca de una cartera.

Cuando le dijeron lo que había pasado y, vio las imágenes de la cámara de seguridad, quedó en shock. Pero hizo la denuncia ante el por entonces fiscal temático, Marcelo Romero, quien avanzó con la investigación, indagó a González y lo llevó a debate, aunque sin medidas privativas de la libertad en su contra.

En ese contexto, en una causa que pasó al fuero correccional, González se acogió a una medida alternativa para terminar el proceso: la suspensión del juicio a prueba, que entre sus pautas de conducta, al margen de la prohibición de cometer nuevos delitos y pasar a firmar todos los meses por una dependencia judicial, figuró la obligación de realizar de un tratamiento psicológico y un curso para moderar impulsos.

 

Arián González
7 entre 56 y 57
Mía

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