Heridas que no cierran; cuádruple crimen: nuevo capítulo judicial
Edición Impresa | 1 de Diciembre de 2025 | 02:26
Este lunes 1º de diciembre, los Tribunales Penales de La Plata volverán a mirar hacia uno de los casos más estremecedores que atravesó a la ciudad y al país entero: el cuádruple femicidio de La Loma, ocurrido hace ya 14 años. Allí comenzará el juicio oral contra el remisero Marcelo Tagliaferro y la vecina Patricia Luján Godoy, ambos acusados de falso testimonio agravado por sus declaraciones en la causa que, durante meses, colocó a Osvaldo “Karateca” Martínez en el centro de las sospechas.
El debate se desarrollará ante el Tribunal Oral en lo Criminal N°4 y la acusación estará a cargo del fiscal Mariano Sibuet. Tagliaferro será defendido por el abogado Gonzalo Escaray, mientras que Martínez, reconocido como particular damnificado, estará representado por los abogados Sebastián Chouela y Belén Chapur. Tanto Martínez como Godoy llegan al debate en libertad y el inicio está pautado para las 10 de la mañana en calle 8.
Cabe recordar que en 2014 el Tribunal Oral N°3 absolvió por unanimidad a Osvaldo “Karateca” Martínez, pareja de una de las víctimas, y condenó como autor de los crímenes a Javier “La Hiena” Quiroga, quien permanece tras las rejas. Martínez, que pasó seis meses preso, fue declarado inocente. Esa decisión fue ratificada por unanimidad en Casación y en la Suprema Corte bonaerense.
UNA MASACRE QUE NO SE OLVIDA
La madrugada del 27 de noviembre de 2011 quedó grabada como una de las más violentas en la historia reciente de la ciudad. En un PH de calle 28 entre 41 y 42 aparecieron asesinadas cuatro mujeres: Susana De Barttole (63), su hija Bárbara Santos (29), la nena Micaela Galle (11) y la amiga de la familia, Marisol Pereyra (35). Golpes, puñaladas, rastros de lucha: la escena fue desoladora y desató una conmoción nacional.
En ese contexto, el primer sospechoso fue Martínez, pareja de Bárbara. Su detención se apoyó en indicios débiles pero amplificados por una cobertura mediática que lo bautizó como “El Karateca”. Su ADN, sin embargo, no apareció en la escena del crimen. Aun así, y pese a las dudas que crecían en cada pericia, la acusación avanzó.
Las miradas más comprometedoras provinieron de los testimonios que hoy están bajo juicio. Según la investigación instruida por la fiscal Ana Medina, el remisero Tagliaferro declaró primero que, al llevar a Marisol Pereyra al domicilio, vio a un hombre salir a recibirla. No podía identificarlo. Pero horas después, tras ver la imagen de Martínez en los medios, aseguró sin dudas que se trataba de él. Incluso se presentó en la fiscalía acompañando su declaración con la intención de cobrar la recompensa de $300 mil que la Provincia ofrecía por datos relevantes.
Patricia Godoy, vecina de Martínez en Melchor Romero, sostuvo durante la investigación que lo vio llegar “en cuero” a su casa la madrugada del crimen, bajando de un auto desconocido. Esa afirmación reforzó el cuadro acusatorio inicial. Ninguna de las dos declaraciones resistió las pruebas científicas y, más tarde, el tribunal del primer juicio ordenó investigar a ambos testigos por falso testimonio agravado, una figura penal que prevé penas de hasta 10 años de prisión. Ahora en los tribunales se volverán a escuchar nombres que hace más de una década forman parte de una historia marcada por el horror, la injusticia y la búsqueda de una verdad.
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