El fútbol infantil y otro episodio de violencia inexplicable

Edición Impresa

Otro partido de fútbol infantil de La Plata disputado entre menores de 13 años de edad debió ser comentado en la página policial de este diario, a raíz de los violentos incidentes que incluyeron agresiones físicas, amenazas y un clima de tensión entre los adultos presentes, en una situación que obligó a retirar rápidamente del lugar a varios jugadores y a sus familias.

El episodio ocurrió durante un partido de fútbol infantil de la liga LIFIPA, en la cancha de uno de los clubes ubicada en la localidad de Villa Elvira. De acuerdo a los testimonios de testigos, el partido se desarrollaba con normalidad hasta que, promediando el segundo tiempo, el árbitro decidió detener el juego ante una seguidilla de insultos que provenían del sector local.

Según se aseguró, miembros del cuerpo técnico y algunos padres habrían dirigido agravios verbales hacia los chicos visitantes, lo que generó preocupación entre los adultos presentes y desorden en el campo de juego. En ese clima hostil, el árbitro optó por reanudar el encuentro para permitir que todos los futbolistas que no habían ingresado pudieran despedirse de la categoría, ya que para varios chicos se trataba del último partido en cancha de 7 jugadores.

Al concluir el encuentro se desató la violencia mediante insultos y agresiones físicas. Una madre afirmó que “nos siguieron hasta el auto con insultos, queriendo golpear a los nenes. Uno de ellos tenía un cuchillo. Tuvimos que evacuar el lugar”. Esa misma mujer dijo haber recibido un golpe por parte de un entrenador mientras intentaba proteger a su hijo, en tanto que otros padres describieron un panorama similar, con corridas y un nivel de hostilidad inexplicable en un encuentro de fútbol infantil. Afortunadamente, no se registraron consecuencias más graves.

Estos incidentes obligan a preguntar si los adultos a cargo del fútbol infantil platense –y así también los familiares- tienen bien en claro que este deporte para chicos en edades tempranas es para competir sin reglas o, en cambio, existe para recrear, contener y educar a los generaciones jóvenes. Si lo que procuran es lo primero, es decir exacerbar la competencia para producir futuros Messi o Maradona, entonces se explicaría el por qué de tanta violencia destemplada, de tantas instrucciones “agresivas” que reciben los pequeños por parte de los adultos para que ganen el partido a todo trance .

Críticas corrosivas a chicos de pocos años de edad porque que no “ponen” o no hacen trampas, insultos y amenazas verbales a los árbitros que, en no pocas oportunidades, se traducen después en ataques físicos: todo conforma parte de un clima de intemperancia y de violencia.

Tal como se ha dicho ya en esta columna, es responsabilidad indelegable de los dirigentes de la Liga, de los entrenadores y de los padres y adultos que acuden a las canchas tener en claro lo que se refiere a la debida formación de los chicos, sobre quienes cada club debería inculcar principios de sana deportividad

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE