Santiagueños y del Pincha: la emoción de un padre e hijo con ver de cerca a Estudiantes en sus pagos

Dos hinchas de Estudiantes nacidos en Santiago del Estero contaron su historia mientras aguardaban la llegada del plantel al hotel de concentración. Entre anécdotas, tatuajes y un fanatismo heredado, palpitan la final con Racing y sueñan con volver a festejar.

En la puerta del hotel donde Estudiantes concentra en Santiago del Estero, la ansiedad por la final se mezcla con historias que atraviesan generaciones. Allí, El Día encontró a Pepe y Emilio, padre e hijo, dos santiagueños que llevan la pasión pincharrata en la sangre, aun siendo una rareza en la provincia: “Somos los únicos dos hinchas, pero acá estamos haciendo el aguante”, cuentan entre risas.

Pepe, el padre, recuerda que su fanatismo nació en su infancia en Loreto. “Tenía cinco años cuando Estudiantes salió campeón del ‘68. Desde ahí me quedó para siempre”, relata. Su hijo Emilio reconoce que al principio su camino futbolero había arrancado para otro lado: “Cuando era chico era de Boca, tenía cuatro años… pero él me decía ‘no, hacete de Estudiantes, Estudiantes te va a dar felicidad’. Y bueno, aquí estamos”, dice mientras mira hacia la zona por donde llegará el plantel.

En su casa, sin embargo, no todos siguieron la misma línea. “Tengo hijos de River, de Boca y de Racing. Tenemos un clásico en casa todos los días”, bromea Pepe.

Pero la historia tiene un capítulo especial: su cumpleaños número 60. “Cumplí 60 años y al día siguiente Estudiantes jugó acá, a 200 metros de mi casa, y me dio el campeonato. Fue como un regalo. Ese día me hice mi primer tatuaje en la vida, dedicado a Estudiantes. A los 60 años recién me animé. Lo llevo en el alma: no me ataca ni el sol ni el agua”, cuenta con orgullo.

Mientras el sol santiagueño cae y los hinchas se siguen reuniendo, Pepe y Emilio continúan al costado del vallado, esperando ver llegar al plantel. “El amor por Estudiantes no tiene distancia. Somos pocos acá, pero estamos siempre”, cierran.