No se salva nadie: la trama de otro ataque en Barrio Norte

Irrumpieron en la casa familiar de la concejal platense, Florencia Barcia, ubicada en 36 entre 1 y 2. Cámaras registraron al ladrón y un vehículo que habría actuado de apoyo. Los vecinos convocaron una reunión urgente

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La tranquilidad que alguna vez caracterizó a Barrio Norte vuelve a quedar en evidencia como una postal del pasado. El dramático robo que sufrió la concejal libertaria Florencia Barcia - en su casa junto a su madre-, profundizó la preocupación en una zona que desde hace semanas acumula episodios delictivos de todo tipo. Esta vez, la escena ocurrió en una vivienda de 36 entre 1 y 2, a metros de Plaza Alsina, donde un ladrón dio el golpe en una propiedad sin que sus habitantes advirtieran nada.

El ataque se produjo el domingo por la noche, en plena lluvia, cuando Barcia y su madre estaban en la cocina. Según relató la edil a EL DIA, la secuencia fue tan silenciosa como inquietante: “No escuché nada, nada. Cuando me dirijo hacia el dormitorio miro para un costado y le pregunto a mi mamá si había ido a mi cuarto. Ahí me doy cuenta de que estaba todo revuelto. Me salvé de milagro, porque yo estaba dentro de mi casa”.

Los delincuentes forzaron una ventana que da al balcón y accedieron directamente a las habitaciones. Revolvieron cajones, estantes y placares, y escaparon con dinero y objetos de valor cuyo monto aún no está determinado. Lo inquietante es que ni Barcia ni su madre escucharon el ingreso. La lluvia funcionó como aliada.

Minutos después del susto, la concejal pudo ver las cámaras de seguridad de un vecino de la cuadra. Allí se observó a un joven saltando desde el balcón alrededor de las 21.20, y un automóvil azul que circula varias veces por la zona, lo que para Barcia podría indicar algún tipo de logística previa: “Se ve clarito cómo uno salta. Y también un auto que va y viene. La fiscalía lo está evaluando”.

Este diario tuvo acceso a esos registros, en los que efectivamente se aprecia el desplazamiento del sospechoso y el vehículo que habría funcionado de apoyo. La preocupación no es nueva para Barcia. En marzo de este año, la concejal había sido víctima de un asalto motochorro en 3 entre 36 y 37, un episodio que incluyó violencia y armas de fuego. Aquella vez, dos ladrones la interceptaron cuando llegaba a una vivienda con amigas: una de ellas terminó con un culatazo en la cabeza. La reiteración, ahora dentro de la casa familiar, expone el deterioro absoluto del escenario de seguridad.

“A LA BUENA DE DIOS”

El barrio, además, vive desde hace semanas una seguidilla de hechos que mantienen a los vecinos en estado de alerta permanente. Motochorros que arrebatan mochilas y teléfonos a plena luz del día; intentos de ingreso a edificios durante la madrugada; violentos asaltos en comercios; entraderas que terminan con heridos; viviendas saqueadas en ausencia de los dueños; e incluso un golpe comando en una sede gremial de 40 entre 4 y 5, de donde se llevaron cajas fuertes. La lista crece cada semana.

Barcia lo sintetizó con crudeza: “Es una ola de inseguridad que no se puede parar. El día anterior a mi robo hubo motochorros en 39 entre 1 y 2. Está todo el barrio con muchísimo miedo”. Según contó, en la cuadra todos están shockeados y nadie termina de entender cómo pueden multiplicarse los ataques pese a las rejas, alarmas y cámaras: “Todo lo que implica tener seguridad es un gasto enorme y muchas veces sólo sirve para ver cómo te roban”.

En este contexto se supo además que los vecinos comenzaron a reclamar una acción inmediata: pidieron organizar una reunión urgente con autoridades de seguridad para exigir medidas concretas que frenen el delito.

Es que claro, barrio Norte se ha convertido lamentablemente en un sector donde ya no alcanzan las rejas dobles, los cerramientos electrónicos ni los perros guardianes, la sensación es unánime: el delito avanza más rápido que cualquier intento de prevención.

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